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¿Puede la biometría conductual respaldada por teléfonos inteligentes promover la inclusión financiera digital?

Una mirada a las oportunidades y desafíos que presenta esta tecnología emergente.
Mujer con una bolsa en su cabeza, mirando y tocando un teléfono móvil.

La identificación biométrica ha surgido como una forma eficiente y segura de autenticar las identidades de las personas no bancarizadas y desatendidas y facilitar su acceso a los servicios financieros. La biometría fisiológica, que es el método más común, utiliza mediciones biológicas de la estructura interna y externa del cuerpo humano (rasgos faciales, huellas dactilares, patrones de iris y retina, geometría de la mano, patrón de venas, ADN) para identificar a una persona. 

Sin embargo, el uso de la biometría fisiológica tiene varias desventajas: 

  • Requiere de equipos costosos y con uso intensivo de tecnología.
  • Los dispositivos biométricos suelen ser engorrosos y no fáciles de explotar en ubicaciones remotas con bajo nivel de infraestructura y mala conectividad, lo cual socava los esfuerzos para identificar a las poblaciones vulnerables que más necesitan una identificación. 
  • Un sistema de identificación biométrica almacena una copia digital (plantilla) de su rostro, iris o imagen de su huella digital, lo cual genera preocupaciones sobre la privacidad y la protección de los datos personales.

Por otro lado, la biometría del comportamiento aprovecha la inteligencia artificial y machine learning para examinar patrones en los atributos de comportamiento (patrones de voz, dinámica de tecleo, forma de andar o poses, secuencias de gestos) para determinar si la persona que está siendo considerada, es realmente quien dice ser. Éste otro método de identificación biométrica requiere tan sólo de un teléfono inteligente con sensores integrados para recopilar datos tras el contacto físico o la acción humana cercana.

Ilustración de los diferentes sensores actualmente integrados en un teléfono inteligente.
 

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 Fuente: Smartphone Sensors for Health Monitoring and Diagnosis, ResearchGate, 2019.

Por lo tanto, la biometría conductual tiene el potencial de superar las desventajas asociadas con la biometría fisiológica y de ayudar a facilitar un acceso aún mayor a los servicios financieros.  Esta tecnología emergente presenta al sector tanto oportunidades interesantes, como desafíos en el esfuerzo por promover la inclusión financiera digital en los países de ingresos bajos y medianos.

Oportunidades para que la biometría conductual avance en la inclusión financiera

Mayor seguridad a menor costo

La biometría del comportamiento tiene el potencial de ser el método económico para la identificación digital en países de bajos ingresos. Al no tener necesidad de comprar y mantener el costoso equipo necesario para la biometría fisiológica, la economía de escala que se puede lograr sería monumental para las campañas nacionales de identificación digital. La adopción generalizada de la tecnología de teléfonos inteligentes podría permitir la autoautenticación a una escala masiva, facilitando el acceso a los servicios financieros digitales (SFD). 

Los proveedores de SFD podrían utilizar la identificación biométrica del comportamiento en tiempo real para proporcionar una mejor seguridad para la autenticación de una forma que no tenga fricciones. La tecnología emplea procedimientos de monitoreo continuo que confirman discretamente la identidad del usuario de servicios financieros durante toda la sesión activa y no solo al momento de la entrada. La biometría del comportamiento también permite a las instituciones financieras diferenciar las acciones impulsadas por humanos de los ataques automatizados y los bots.

Un ejemplo de caso de uso de identificación biométrica conductual compatible con teléfonos inteligentes:

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Mejora del control y protección de los datos personales 

La biometría del comportamiento permite la mayor forma de control sobre los datos personales. Dado que la solución de identificación aprovecha los teléfonos inteligentes para autenticar a los usuarios a través de los movimientos que realizan en su vida diaria, elimina la necesidad de proporcionar datos personales cuando se conectan en línea. Ninguna autoridad o proveedor de servicios necesitaría recopilar o compartir datos biométricos fisiológicos de los usuarios (huellas dactilares, imágenes faciales, escaneo del iris, etc.), y no hay almacenamiento en una nube. En consecuencia, no hay riesgo de que se filtren datos personales o se utilicen indebidamente, como por ejemplo para la manipulación política a expensas de las poblaciones en riesgo.

Mantener servicios vitales en una pandemia u otro contexto limitante 

El brote de COVID-19 y sus medidas de contención, incluido el distanciamiento social y el uso de guantes y mascarillas, mostraron los límites de los métodos biométricos fisiológicos tales como las huellas dactilares y el reconocimiento facial. En este tipo de entorno restringido, en el que las huellas dactilares no se pueden utilizar debido al uso de guantes, la autenticación del usuario en los teléfonos inteligentes podría realizarse utilizando patrones de tecleo y de deslizamiento de la pantalla táctil. La biometría del comportamiento representa una solución potencial para que los países de bajos ingresos eviten la interrupción de servicios esenciales basados ​​en la identificación, tales como las transferencias sociales, en caso de otra pandemia. 

Desafíos del uso de la biometría conductual para la inclusión financiera

La biometría del comportamiento ofrece un gran potencial para difundir la identificación digital para la inclusión financiera a través de la tecnología de sensores de teléfonos inteligentes. Sin embargo, las partes interesadas deberán superar dos desafíos principales.

La utilidad estará limitada por el nivel de penetración de SFD, la conectividad de banda ancha y la adopción (compatible) de teléfonos inteligentes de un país.

Para determinar si un país está preparado para implementar la biometría conductual, hay tres relaciones relevantes que podríamos considerar. Las dos primeras analizan la penetración de los SFD y la tercera mide las tasas de adopción de teléfonos inteligentes.

El concepto de biometría conductual aplicada a la inclusión financiera digital aún no ha sido objeto de una investigación exhaustiva, por lo cual serán necesarios estudios subsiguientes para determinar las métricas adecuadas en un contexto determinado.

Es necesario además tener en cuenta la conectividad de banda ancha en un país. Los proveedores de servicios deben diseñar servicios financieros compatibles con un ancho de banda bajo a medio (red 3G o incluso 2G), para llegar a las poblaciones objetivo que viven en ubicaciones remotas con mala conectividad.

Diseñar comunicaciones que consideren el género y la alfabetización digital

Si bien es más fácil para los usuarios aprender nuevos procedimientos cuando se realizan en un dispositivo que utilizan a diario, tal como su teléfono inteligente, sigue siendo esencial crear conciencia entre las poblaciones objetivo sobre la biometría del comportamiento. La comunicación debe centrarse en el consentimiento informado, porque los teléfonos inteligentes se perciben como dispositivos íntimamente personales. El hecho de que recopilen características personales podría parecer profundamente intrusivo para los propietarios. Los materiales utilizados para la comunicación también deben adaptarse a consideraciones de género (por ejemplo, promover una imagen positiva de la adopción de teléfonos inteligentes por parte de las mujeres), especialmente cuando los servicios implican transferencias sociales y propiedad de cuentas.

Remodelación de la infraestructura pública digital en países de ingresos bajos y medianos

La identificación biométrica conductual es una tecnología emergente impulsada por la tendencia global del intercambio continuo de datos y estamos empezando a ver que surgen más casos de uso en los países en desarrollo. Por ejemplo, la UPI de la India recientemente lanzó los “pagos conversacionales”, que permiten a los usuarios realizar pagos mediante entradas de voz, lo cual hace que los servicios sean más accesibles. Por supuesto, esta innovación deberá implementar salvaguardias equilibradas, tales como la autenticación de voz, para mitigar los riesgos tal y cómo evolucionan. 

A medida que crezca la infraestructura digital pública en los países en desarrollo, se fomentará la competencia entre los actores del mercado de SFD y estos estarán en mejores condiciones de aprovechar los sistemas biométricos conductuales. Para construir una infraestructura digital pública integral basada en la identidad, es esencial una estrategia conjunta entre las partes interesadas para optar por soluciones de código abierto, aprovechando la interoperabilidad a través de la integración de API.

Por lo tanto, la biometría del comportamiento podría promover la inclusión financiera y al mismo tiempo proporcionar mayor seguridad y protección de datos a menor costo.

¿Tienes ejemplos de biometría del comportamiento utilizada por proveedores de servicios financieros en América Latina y el Caribe que puedas compartir? Te alentamos a que nos dejes los ejemplos, así como también lecciones aprendidas y desafíos, en la caja de comentarios de abajo.

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