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Los datos de género del lado de la oferta cambian las reglas del juego para la inclusión financiera

Permiten diseñar estrategias e intervenciones que no solo ayuden a aumentar el uso de servicios financieros por parte de las mujeres para ser más resilientes y prósperas, sino también para empoderarlas como actores más fuertes en el mercado.
Mujer haciendo pupusas en El Salvador.

La inclusión financiera de las mujeres es clave para el empoderamiento económico de las mujeres y para varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, específicamente el Objetivo 5:  Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas. Sin embargo, la desigualdad de género en la inclusión financiera es rampante. De acuerdo al Global Findex, la brecha de género promedio en la titularidad de cuentas en las economías en desarrollo superó los 5 puntos porcentuales en 2021 y es significativamente mayor en partes de Asia Meridional, Medio Oriente y África, con brechas que oscilan entre 13 y 20 puntos porcentuales. Es imposible exagerar el papel fundamental de los datos de género para poder cerrar esta brecha. Los datos desglosados ​​por género (DDG) son la piedra angular para diseñar estrategias e intervenciones que no solo ayuden a aumentar el uso de los servicios financieros por parte de las mujeres para que sean más resilientes y prósperas, sino que también las empoderen para que sean más fuertes actores del mercado. 

Los datos financieros de género sientan las bases para sistemas financieros equitativos y para un crecimiento económico inclusivo dado que brindan a los actores del mercado una poderosa ventana para comprender la realidad del estado de las necesidades y comportamientos financieros de las mujeres a nivel granular. Durante la última década, varias iniciativas a nivel mundial y nacional han contribuido a un notable aumento en la disponibilidad y el uso de datos desglosados ​​por género en el sector financiero, pero es necesario hacer (mucho) más para liberar su potencial.

El caso a favor de los datos del lado de la oferta desglosados ​​por género en el sector financiero (DDG-O)

Hasta la fecha, el Global Findex del Banco Mundial es la más reconocida fuente mundial de datos sobre inclusión financiera, inclusive para datos desglosados ​​por género. Hasta ahora, Findex y otros datos del lado de la demanda (generalmente de países que tienen además sus propias encuestas) han sido el principal insumo para los análisis de brechas de género. Sin embargo, mientras que los datos del lado de la demanda (DDG-D) capturan las experiencias, opiniones y sentimientos informados de hombres y mujeres como agentes económicos y financieros, los datos del lado de la oferta (DDG-O) capturan la actividad y el comportamiento financiero reales en los mercados minoristas. Como tal, los DDG-D por sí solos no alcanzan a tener la información necesaria para diseñar productos y políticas inteligentes en materia de género que ayuden a reducir la brecha de género, y de allí el papel fundamental de los DDG-O.

De hecho, al subrayar los desafíos específicos que enfrentan las mujeres, tales como tasas de interés o de rechazo más altas para las mujeres prestatarias, ahorros más bajos o tasas de quejas más altas, los DDG-O resultan invalorables para que los formuladores de políticas creen políticas financieras más inclusivas. También ayudan a las instituciones financieras a comprender el tamaño del mercado de mujeres y las oportunidades del segmento, a construir mejores casos de negocios para atender a las mujeres y a diseñar productos con perspectiva de género. Sin embargo, simplemente tener DDG-O no alcanza; lo más importante es tener el DDG-O correcto y usarlo de manera efectiva. Se necesitan más y mejores datos para plantear y responder a las preguntas correctas y para informar y monitorear las políticas y estrategias adecuadas.

Juntos, los DDG-D y los DDG-O de calidad ofrecen el mejor conjunto de datos para analizar las necesidades, preferencias y elecciones de las mujeres al participar en el mercado financiero, así como las condiciones y términos que han recibido y sus puntos de vista y percepciones al respecto.

¿Cómo se ve esto en la práctica?

En enero de este año, el gobierno de Chile recibió el premio Sustainable Sovereign Issuer of the Year & Sovereign Bond of the Year (Emisor Soberano Sostenible del Año y Bono Soberano del Año de Latin Finance), una emisión de US$3 mil millones  vinculada a la sostenibilidad que incorpora objetivos para las emisiones de carbono, y también indicadores de igualdad de género y empoderamiento en varios sectores. Para el sector financiero, los indicadores de género se monitorean utilizando datos desglosados ​​por género recopilados de entidades financieras reguladas por el supervisor financiero (en este caso, la Comisión de Mercados Financieros). De manera similar, en Ruanda, las autoridades del sector financiero utilizaron datos desglosados ​​por género recopilados de la industria para desarrollar su Fondo de Garantía para Mujeres, que proporciona garantías complementarias a mujeres empresarias cuyas garantías o historial crediticio son insuficientes para obtener un préstamo.

Estos ejemplos ilustran cómo las autoridades pueden utilizar los DDG-O para promover la inclusión financiera y el empoderamiento económico de las mujeres. Son muchos los potenciales casos de uso de estos datos, tanto para las autoridades como para la industria financiera en general.  Tal vez no sorprenda, dados los premios mencionados anteriormente, que Chile venga utilizando DDG-O desde hace ya algún tiempo. En 2006, el principal banco chileno, Banco Estado, diseñó una cuenta de depósito simplificada (Cuenta RUT) cuya apertura sólo requiere una identificación, se puede acceder a ella a través de agentes bancarios y se puede también utilizar para realizar transferencias del gobierno: todas éstas son características que han demostrado ser útiles para aumentar el acceso de las mujeres. El número de cuentas de depósito de mujeres se disparó y hoy la brecha financiera de género en Chile (especialmente en lo que respecta al acceso) se encuentra entre las más bajas de las economías emergentes y en desarrollo. En Ruanda, Equity Bank diseñó un préstamo de maternidad con tres o cuatro meses sin intereses, y el National Bank of Rwanda y supervisor del sector financiero (BNR) publicó recientemente una guía para ayudar a los proveedores de servicios financieros a atender mejor a las mujeres utilizando DDG-O, entre otras estrategias.

Si bien estos ejemplos van en aumento, todavía son escasos y aislados: lo que realmente se necesita para lograr la equidad de género en el sector financiero es una adopción más amplia.

Aprovechar el potencial de los DDG-O

La Base de Datos FAS del FMI contiene una larga lista de variables de acceso financiero que son informadas y elaboradas por los supervisores de los países utilizando datos del lado de la oferta. Casi todos los países del mundo contribuyen a este esfuerzo global, pero menos de la mitad pueden proporcionar información desglosada por género. Existen múltiples razones por las cuales muchos países no han comprendido el enorme valor de los DDG-O, desde la falta de conciencia de su potencial hasta la falta de mandato y/o apoyo interno para utilizar recursos en la recopilación de DDG-O. Incluso en los casos en que los datos están disponibles y son de calidad, no siempre se los utiliza de manera eficaz.

Si bien los desafíos que plantea la recopilación y el uso de datos desglosados ​​por género no son triviales, las oportunidades que brindan son transformadoras. Con este fin, se necesita un enfoque colaborativo y sistemático para la recopilación y el uso de DDG-O en el sector financiero, incluido el desarrollo de directrices para que la recopilación y el uso de datos sea eficaz. Al liberar el potencial de los DDG-O, los formuladores de políticas y los proveedores de servicios financieros pueden diseñar intervenciones y estrategias con objetivos específicos para cerrar la brecha de género en la inclusión financiera y promover el empoderamiento económico de las mujeres.

Chile y Ruanda deberían ser la regla, no la excepción. Con este fin, CGAP está trabajando para comprender los principales obstáculos en la generación y uso de DDG-O por parte de todos los actores del mercado y para desarrollar soluciones que liberen el potencial de los DDG-O para ayudar a abordar las desigualdades de género en el sector financiero. Para obtener más detalles, consulte nuestro más reciente informe aquí.

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