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¿Existe una crisis de liquidez en las instituciones de microfinanzas? Y, de ser así, ¿en cuáles?

¿Las instituciones microfinancieras enfrentan una crisis de liquidez como resultado de COVID-19? La Encuesta de Pulso de instituciones microfinancieras del CGAP arroja nuevos datos para ayudar a contestar esta interrogante.
Foto: Belal Hossain Rana, Concurso de Fotografía CGAP 2015.

En los inicios de la crisis de COVID-19 (coronavirus), Daniel Rozas publicó una entrada de blog que se divulgó ampliamente en la que analizaba la situación de liquidez de las instituciones de microfinanzas (IMF) utilizando datos de 2016 y 2018 recopilados por MIX Market. Gracias a la Encuesta Global de Pulso de Instituciones de Microfinanzas realizada por el CGAP(i), ahora podemos poner al día su análisis con datos actuales, y los resultados son sorprendentes. Si bien los datos muestran que las IMF han evitado en gran medida una crisis de liquidez, ello depende de la disposición de los inversores para refinanciar las deudas por vencer (o prorrogarlas). Por otro lado, aunque en muchas IMF se ha mantenido la liquidez gracias a la enorme disminución en los préstamos que conllevó la moratoria de los reembolsos, si esta situación se prolongara más allá de los meses iniciales, las comunidades de ingreso bajo a las que se supone que las IMF deben servir se verían afectadas por la crisis de liquidez y, además, la propia sostenibilidad de estas entidades se pondría en tela de juicio.

¿Están las IMF enfrentando una peligrosa crisis de liquidez?

 

Promo encuesta CGAP.

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En un entorno en que disminuyen las entradas de efectivo debido a la paralización de las economías y la moratoria del reembolso de préstamos, ¿cuántos meses pueden sobrevivir las IMF antes de que se queden sin dinero? Esta pregunta ha sido central en los debates durante meses, ya que las entidades de financiamiento y los responsables de formular políticas intentan anticiparse a los problemas a los que se enfrentarán las IMF debido a la COVID-19 y tratan de elaborar respuestas adecuadas. Se ha prestado mucha atención a la necesidad de que los mecanismos de liquidez mantengan a flote a las IMF durante la crisis.

Gracias a la Encuesta Global de Pulso de Instituciones de Microfinanzas del CGAP podemos empezar a responder esta pregunta comparando el efectivo de que disponen las IMF (incluidos los activos líquidos) con los gastos futuros. Además de los desembolsos de préstamos, hay tres tipos principales de salida de efectivo a los que vale la pena prestar atención: los gastos operativos necesarios para el funcionamiento de una IMF, los retiros por parte de los depositantes y los reembolsos de préstamos realizados por las IMF a las entidades que les proporcionan financiamiento.

El análisis más sencillo consiste en comparar el efectivo disponible con los gastos operativos (opex, para abreviar) y determinar cuántos meses puede funcionar a niveles normales una determinada IMF antes de que se le acabe el dinero. Los resultados de este análisis se muestran en el gráfico siguiente, donde se compara el estudio original de Rozas —con datos previos a la crisis— con nuestro nuevo examen, en el que se utilizan datos actuales (hasta fines de abril de 2020).

Los resultados pueden ser sorprendentes: la situación de liquidez de las IMF a fines de abril no parece peor que antes de la crisis. Más de la mitad de las IMF (56%) no tendrían problemas para cubrir un año completo de operaciones con el efectivo y los activos líquidos con que cuentan. Esto representa 10 puntos porcentuales más que en el análisis realizado por MIX Market con datos previos a la crisis. Otro 30% podría cubrir al menos seis meses de operaciones, algo menos del 35% que se observó con los datos anteriores a la crisis.

No cabe duda de que algunas IMF se enfrentan a riesgos de liquidez: el 14% de ellas tiene una cobertura de efectivo para menos de tres meses de opex, y la mitad tiene reservas de efectivo que durarán un mes o menos. Sin embargo, en realidad ambas cifras son muy inferiores a las del análisis previo a la crisis, lo que indica que en la actualidad hay menos IMF expuestas a riesgos graves de falta de liquidez que en condiciones de mercado más normales.

Lo anterior plantea la siguiente pregunta: ¿cuáles son las IMF más expuestas a estos déficits de liquidez? ¿Existen patrones que puedan ayudarnos a entender cómo evolucionan los riesgos de liquidez en el sector?

Si analizamos la misma medida de liquidez en todas las regiones, observamos algunas diferencias notables. Alrededor del 22% de las IMF de América Latina y el Caribe y el 14% de las de África al sur del Sahara disponen de menos activos líquidos que los costos operativos previstos para los próximos tres meses.

En ambas regiones, esto se debe en gran medida a los niveles de opex, que son sustancialmente más elevados que los de otras regiones. En las IMF de África al sur del Sahara esta situación se ve contrarrestada en parte por la mayor proporción entre el efectivo y los activos de cualquier otra región. Dado que este no es el caso en América Latina, vemos en esa región una mayor proporción de IMF con problemas de liquidez.

Ahora bien, al menos un tercio de las IMF de todas las regiones tiene suficiente dinero en efectivo para cubrir sus gastos operativos de forma continua por más de un año. En tres regiones, esto se aplica a más del 60% de las IMF incluidas en nuestra muestra.

El análisis de las IMF según su tamaño también proporciona información útil. Como era de esperar, las instituciones más grandes tienen las mayores reservas de efectivo, y muy pocas de ellas se encuentran en las categorías más difíciles: el 7% de las IMF con activos totales superiores a US$ 100 millones tienen menos activos líquidos que opex trimestrales. Alrededor del 73% puede continuar funcionando durante un año o más sin ninguna liquidez adicional.

Las IMF pequeñas afrontan más limitaciones: el 18% no tiene efectivo disponible suficiente con el que cubrir una cuarta parte de sus opex. Lo mismo puede decirse del 10% de las IMF medianas. Sin embargo, más de la mitad de las IMF de cualquiera de estas dos categorías tiene suficiente liquidez para operar a los niveles previos a la crisis durante un año o más.

Hay dos consideraciones importantes que deben tenerse en cuenta en este análisis. En primer lugar, los opex informados corresponden al primer trimestre de 2020, y es probable que desde entonces muchas IMF hayan adoptado medidas para reducir los gastos operativos, lo que aliviará la presión sobre el efectivo y alargará la duración de las reservas. En unas pocas semanas, también dispondremos de los datos de los opex del segundo trimestre. En segundo lugar, este análisis aún no incluye los retiros de depósitos ni los reembolsos de deudas a las entidades de financiamiento, que en ambos casos ponen presión sobre las reservas de efectivo y acortan la duración de estas.

Para abordar en parte la segunda consideración, podemos incluir los futuros pagos de deuda que se deben a las entidades de financiamiento, lo cual cambia la situación considerablemente. Más de un cuarto (26%) de las IMF no disponen de liquidez suficiente para cubrir sus costos ni los pagos de deuda de los próximos tres meses. Casi una de cada cinco IMF (19%) reportan una liquidez inferior a la de sus costos y pagos de deuda para un solo mes o menos.

¿Qué significa todo esto para el sector y los clientes de ingreso bajo?

La primera conclusión que puede extraerse es que no hay pruebas que demuestren que existe una crisis de liquidez generalizada en las IMF, o al menos no todavía. El hecho de que muchas IMF probablemente hayan hecho cambios operacionales para reducir los costos operativos aliviará aún más las presiones sobre las reservas de efectivo. Dicho esto, los niveles de efectivo son preocupantemente bajos en un subconjunto de IMF de América Latina y África al sur del Sahara, por lo que vale la pena seguir de cerca la situación. En la última ronda de la Encuesta Global de Pulso del CGAP, el 29% de las IMF señaló que anticipa problemas de liquidez en los próximos tres meses.

La segunda conclusión es que una parte importante del sector sigue estando expuesta al riesgo de refinanciamiento. Una de cada cuatro IMF se enfrentará posiblemente a problemas de liquidez si no asegura el refinanciamiento de su deuda con las entidades de financiamiento. Por lo tanto, es responsabilidad de las entidades de financiamiento mantener los fondos para las instituciones en que invierten a fin de no generar una crisis de liquidez que, de otra manera, no se produciría.

Por último, no queda claro qué significa esto para el bienestar de las IMF y sus clientes. La liquidez es solo un medio necesario para lograr la sostenibilidad a largo plazo que permite a las IMF prestar servicios de forma fiable a sus clientes. Si las IMF eligen reducir los desembolsos, en un intento de preservar el efectivo, estarán reforzando su propia liquidez, pero también estarán negándosela a las comunidades de ingreso bajo a las que ofrecen sus servicios. Y al limitar la actividad principal, el aumento al máximo de la liquidez en sí misma podría terminar contrayendo y deteriorando las instituciones.

En los resultados iniciales de la encuesta podemos observar claramente esta reducción en los préstamos. Debido a la COVID-19, tres de cada cuatro IMF han disminuido los desembolsos, y lo han hecho en un grado muy importante: dos tercios de ellas han recortado drásticamente los préstamos en más de la mitad en comparación con los niveles normales. No es de extrañar que se acumulen reservas de efectivo. Al mismo tiempo, el 69% de las IMF está aplicando moratorias a los reembolsos. Los niveles de liquidez dependerán del equilibrio entre estos dos factores.

Sin embargo, en última instancia, el factor crucial será la rapidez con que terminen las moratorias y cómo serán las tasas de reembolso una vez que lo hagan. Hasta ahora, las IMF han sido en gran medida capaces de apoyar el efectivo y mantener su liquidez. Pero si los clientes empiezan a incumplir los pagos diferidos, los prestamistas podrían experimentar una presión significativa no solo en la liquidez, sino también en la solvencia. Y además de los reembolsos, ¿cuál será el estado de la demanda de crédito? ¿Habrá un rápido rebote como el que anunció recientemente Stuart Rutherford en sus Hrishipara Daily Diaries? (i) ¿O la demanda de préstamos se debilitará en medio de economías paralizadas constantemente?

Manténgase alerta a la próxima entrada de blog sobre las conclusiones de la Encuesta Global de Pulso del CGAP, en la que se analizarán en profundidad la calidad de la cartera y las posibles implicaciones en materia de solvencia.

La Encuesta Global de Pulso de Instituciones de Microfinanzas del CGAP es producto de un esfuerzo internacional que depende de la participación de IMF de todo el mundo. Para obtener más información sobre la encuesta, visite www.cgap.org/pulse (i). Para inscribirse y participar, visite www.atlasdata.org/pulse. Este blog es parte de la serie titulada "Las microfinanzas y la COVID-19: Observaciones derivadas de la Encuesta Global de Pulso del CGAP". En esta serie compartiremos regularmente nuestros análisis más recientes de los datos de la encuesta.

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Filloreta Jusufi , CGAP, USA
08 Octubre 2020

commenting just for test

Domingo Gorqui Sanchez Tejada , Cooperativa de ahorro y credito municipal de Arequipa, Peru
30 Julio 2020

Las conclusiones generales de este articulo sobre liquidez son las que se determinan en la mayoria de los paises de la region, sin embargo una manera de paliar la liquidez en las empresas financieras seria la apertura de cuentas interfinancieras para ayudarse mutuamente en casos de falta de liquidez ya que todas las instituciones financieras tienen diferentes clientes en lo que se refiere a sus ingresos.

juan carlos flores elias , enlace, s.a. de c.v., el salvador
30 Julio 2020

Me parece importante y fuera bueno también sondear a las entidades fondeadoras, que es clave mantener a sus clientes, así como a las IMF con el fondeo necesario para no descapitalizarse, y que tipo de fondeo pueden ofrecer o recomendar, de manera creativa ante la situación que se atraviesa.

Presionara también la falta de líquidez incremento de mora de las entidades, al no satisfacer necesidades actuales de los clientes, y ante los indicadores de incremento de mora, habrá limitaciones de apoyar en fondeo las entidades, o en su defecto un incremento en el costo financiero.

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