Encaminando a las pequeñas empresas mexicanas hacia la digitalización
En los últimos años la digitalización ha avanzado de manera muy significativa, sobre todo en algunos sectores claves de la economía y de nuestras sociedades. Un sector que no había participado mucho en las tendencias de digitalización son las micro y pequeñas empresas. Acercar e incluirlas en las tendencias actuales de la digitalización es una tarea muy importante para fortalecerlas ante los cambios profundos que estamos viviendo.
En SOLLIV nos interesa de manera especial el segmento de empresas en transición: son aquellas que están a punto de dejar atrás el mundo de la micro empresa y están entrando al ámbito de la pequeña empresa o ya se encuentran en este segmento. En México por ejemplo existen alrededor de doscientas sesenta mil de esta unidades que participan con el 10,7% en el empleo formal en el país (datos obtenidos de los Censos Económicos 2014 y 2019). ¿Cómo acompañar a estas empresas en el camino de la digitalización? ¿Y qué tipo de digitalización requieren estas empresas?
La crisis del COVID-19 puso a muchas de estas pequeñas empresas en una situación de gran vulnerabilidad. El comercio digital parecía una opción de salida muy importante, aunque no necesariamente fácil de implementar, por la falta de experiencias previas, conocimiento técnico o infraestructura tecnológica en una gran parte de estos negocios.
“La actual pandemia hizo notorio el poco contacto que una gran parte de este segmento tuvo con la digitalización en los años pasados”.
Así la actual pandemia hizo notorio el poco contacto que una gran parte de este segmento tuvo con la digitalización en los años pasados, más allá de que una gran parte de ellas cuenta con computadoras, teléfono móvil o incluso acceso a servicios financieros digitales.
Pero digitalizar a estos negocios en transición entre micro y pequeñas empresa no significa solamente acercarles los servicios financieros basados en tecnología o proporcionarles vías de comunicación y comercialización digitales. La digitalización de estas empresas comprende muchos más aspectos: desde cambios en los procesos internos de producción y de administración, pasando por el fortalecimiento de los recursos humanos y nuevos hábitos laborales hasta la definición de productos y servicios innovadores, para mencionar algunos.
Su situación es diferente a aquella de las micro empresas o los negocios de autoempleo. Por lo general cuentan con muchos años de experiencia en su campo de acción y formaron estructuras de operación con cierto grado de complejidad. Cuentan con puestos de trabajo en cierta forma diferenciados y de la misma manera sus procesos de producción y comercialización presentan un incipiente grado de complejidad. La base de estas empresas es familiar pero una parte de sus colaboradores son empleados y trabajadores externos, a los cuales les dan empleo.
Muchas de estas empresas en transición, antes de la crisis del COVID-19, atendían un grupo estable de clientes y tenían el potencial de fortalecerse o incluso crecer sobre esta base y los logros alcanzados. Por lo mismo, estos negocios y empresas son proyectos de vida de sus dueños, incluso con vista a ser heredadas y traspasadas a la siguiente generación.
Entre sus dueños y dueñas se encuentran personas con escolaridad básica o mediana pero también un creciente porcentaje con formación escolar superior y universitaria. No obstante, muy pocos de sus dueños tienen conocimiento tecnológico específico, que les permitiría iniciar procesos de digitalización adecuados con capacidades propias.
En algunos casos la segunda generación provee este conocimiento, al haber estudiado carreras profesionales enfocados a las nuevas tecnologías. Pero más allá de estos casos el conocimiento técnico referente a la digitalización es limitado.
¿Cómo acercarlas a los múltiples aspectos de digitalización?
¿Entonces cómo acercar a estas empresas a los múltiples aspectos de digitalización que pudieran ser importantes para cada una de ellas? Nuestro trabajo durante años con pequeñas empresas nos ha enseñado, que el primer paso es conocer de cerca su ámbito de acción, sus hábitos, necesidades y objetivos estratégicos.
“Es importante empezar por conocer las empresas, identificar sus necesidades y las respectivas opciones de digitalización para encaminarlos de forma modular y exitosa en este camino”.
Solo así es posible diseñar programas de concientización e información adecuados, además de servicios de asesoría para apoyarlos a definir una estrategia de digitalización hecha a la medida. Y con base en ello se pueden diseñar programas de asistencia técnica para acompañarlos en el camino de la implementación de las innovaciones requeridas.
Con respecto a la digitalización además es muy necesario no solamente trabajar con metodologías que buscan masificar de forma estandarizada los procesos de cambio en las empresas. Las metodologías de la economía del comportamiento, por ejemplo, ofrecen herramientas importantes como el nudging (i) o aplicar heurísticas. Pero trabajar con estas metodologías no es suficiente para la requerida digitalización de las pequeñas empresas.
Se requiere generar una visión y un conocimiento técnico por lo menos básico en los dueños y el personal clave de estas pequeñas empresas para adquirir la capacidad de entender y visualizar las estrategias requeridas en cada negocio. Por lo mismo, aplicar métodos participativos en el proceso de digitalización es sumamente relevante. Solo así será posible definir e implementar de manera exitosa las innovaciones complejas, que implica el proceso de digitalización de las pequeñas empresas.
Hay mucho que hacer. Es importante empezar por conocer las empresas, identificar sus necesidades y las respectivas opciones de digitalización para encaminarlos de forma modular y exitosa en este camino. Para ello, es posible diseñar programas adecuados, que conectan los temas de la digitalización con los dueños y las dueñas de las pequeñas empresas y les ayudan a implementar el nivel de digitalización requerido en cada caso.
SOLLIV es un despacho de consultoría boutique con sede en México, especializado en el fortalecimiento de Mipymes y su inclusión financiera.