Microfinanzas en México: Evolución hacia el impacto social
El 2014 fue un año de cambios en el sector de las finanzas populares en México, principalmente en el contexto de la nueva reforma financiera en la que se incluyó como objetivo primordial el robustecer a la banca de desarrollo y fomentar el ahorro y la inclusión financiera.
De acuerdo a la última Encuesta de Inclusión Financiera INEGI-CNBV (septiembre 2012), del total de 71,5 millones de habitantes que conforman la población adulta del país, 41,9 millones (59%) no utilizan los servicios bancarios; solamente 24,9 millones (35%) dispone de una cuenta formal de depósito o ahorro en alguna entidad financiera; 31 millones (44%) utilizan mecanismos informales de ahorro (hogares y tandas) y 23,7 millones (34%) hacen uso de créditos provenientes de canales informales, lo que los devela como clientes potenciales del sector de finanzas populares.
En esta línea, y particularmente en el segmento de microfinanzas, el Programa Nacional de Financiamiento al Microempresario (PRONAFIM), de la Secretaría de Economía del Gobierno de la República, ha sido un importante impulsor.
En 2014, mediante un convenio con la Sparkassenstiftung für Internationale Kooperation (FAS), desarrolló una metodología de diagnóstico, evaluación y aplicación de herramientas para elevar el impacto social que tienen las instituciones microfinancieras (IMFs) sobre sus acreditados y sobre las comunidades en donde operan.
Bajo la premisa de que el sector de microfinanzas busca el empoderamiento de los acreditados, se consideró necesario que las instituciones que aún no lo hacen, incorporaran una visión social en todas sus decisiones estratégicas. Buscando incidir en esto, el PRONAFIM impulsó las plataformas para que de una manera sistémica, las instituciones favorecieran el empoderamiento del cliente mediante acciones tales como el ofrecer créditos ágiles que mantengan liquidez en sus negocios, incrementar montos del préstamo según su desempeño, mejorar las tasas de interés, proporcionarles herramientas de planeación del negocio, entre otros.
Es así que con la iniciativa de Identificación de la Gestión del Desempeño Social (IGDS) se definieron 4 ejes principales sobre los que se calificó el nivel de enfoque social de 70 IMFs y de 44 Organismos Intermediarios (OI) acreditados al PRONAFIM, para posteriormente establecer acciones y compromisos que los lleven a elevar sus indicadores. Estos ejes de evaluación son:
- Innovación y mejora en diseño de productos, servicios financieros y no financieros, canales de distribución y modelos o metodologías de operación, adaptados a las necesidades y capacidades de los diferentes segmentos de clientes para facilitar el crecimiento de sus negocios.
- Manejo de un costeo de productos más eficiente (fijación de tasas) y reducción del costo operativo, que desemboque en menores tasas para los acreditados y el acceso a productos en mejores condiciones.
- Implementación de herramientas para prevenir el sobreendeudamiento, con el beneficio de asegurar el patrimonio de los clientes, disminuir el riesgo de crédito y rentabilizar la cartera.
- Reserva de presupuestos y partidas contables para actividades con enfoque social que aumenten el bienestar del cliente, de su familia, y de la comunidad, al tiempo que se refuerza el posicionamiento de la institución ante el mercado.
El diagnóstico determinó 5 categorías de clasificación según el nivel de desempeño de los evaluados:
A partir de estos resultados, PRONAFIM está trabajando con las intermediarias en planes de trabajo que permitan mejorar estos indicadores, y de esta manera potenciar el rol de las microfinanzas en el país con prácticas "ganar-ganar" que eleven el desempeño financiero y social de los actores involucrados.
A partir de estos resultados, PRONAFIM está trabajando con las intermediarias en planes de trabajo que permitan mejorar estos indicadores, y de esta manera potenciar el rol de las microfinanzas en el país con prácticas "ganar-ganar" que eleven el desempeño financiero y social de los actores involucrados.
Dicho enfoque se promovió también durante la celebración de la 17ª Cumbre de Microcrédito en la ciudad de Mérida, donde líderes globales de microfinanzas, agrupaciones y organismos internacionales, conjuntaron ideas para que, a través de la innovación en herramientas y metodologías, se logre asegurar un impacto real en el sector, así como en la mejora de las condiciones de vida de los clientes.
En el período 2013-2014, PRONAFIM ha logrado que casi 2.000 municipios a lo largo del país tengan cobertura de microcréditos. No obstante, en 2015-2016 se tiene el reto de continuar la expansión de los servicios integrales de microfinanzas (incluyendo financieros y no financieros) a más localidades rurales, sobre todo aquellas identificadas como de alto rezago social. En el seguimiento de esta meta, otros desafíos que se están y seguirán combatiendo son:
- Lograr una mayor eficiencia operativa para disminuir la tasa a favor del cliente.
- Minimizar el riesgo de crédito en la institución y el PRONAFIM.
- Profesionalizar a operadores y corresponsales en temas de gestión y buenas prácticas.
- Estimular una educación financiera en la población general, incluyendo la indígena.
- Incentivar el uso del dinero electrónico, telefonía móvil y otras innovaciones tecnológicas a favor de la inclusión financiera.
Este artículo fue elaborado por PRONAFIM en el marco del acuerdo de contenido con Portal de Microfinanzas.
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