Innovadores programas de protección social: Piezas claves para acabar con la pobreza extrema
Cuando le damos una mirada al mundo en que vivimos hoy en día, vemos personas que sufren y viven en la pobreza extrema. Según datos del Banco Mundial, África subsahariana tiene la mayor proporción (49,2%) de personas viviendo con menos de US$ 1,25 al día. De hecho, el promedio de los pobres en África vive con menos de 70 centavos de dólar por día (Brookings, 2013) y probablemente no escaparán de la pobreza en el corto y mediano plazo, lo que acelera la pobreza crónica o intergeneracional. Pero, definitivamente, nuestro mundo no tiene por qué ser así. Tenemos el poder y la capacidad de crear un mundo mejor, un mundo libre de pobreza. Y eso es exactamente lo que pretendemos hacer.
El presidente del Banco Mundial, Dr. Jim Kim, hizo un llamado para poner fin a la pobreza extrema para el año 2030. Podemos alcanzar este ambicioso objetivo pero, para llegar, debemos comenzar desde nuestra meta final y, desde allí, trabajar para determinar los pasos que debemos dar para convertir nuestro objetivo en realidad. Cambiar nuestra realidad para acabar con la pobreza extrema es como completar un rompecabezas. Al principio, la tarea es ambigua y parece desalentadora. Sin embargo, cada acción que tomamos para poner fin a la pobreza extrema es una pieza de este gran rompecabezas. En la lucha contra la pobreza extrema, la Campaña de la Cumbre del Microcrédito considera que los programas del modelo graduación y de transferencias monetarias condicionadas son dos de las piezas más grandes y más útiles del rompecabezas. Cada uno de ellos ayuda a avanzar hacia el mismo objetivo pero, combinados, contribuyen a aliviar la pobreza a través de la generación de resiliencia –capacidad de recuperación- y la disminución de la vulnerabilidad de los pobres.
El Modelo Graduación
El modelo graduación fue puesto en práctica por primera vez por BRAC y, hasta la fecha, el programa ha graduado a más de 1,4 millones de hogares fuera de la pobreza extrema. En general, los ultrapobres (terminología de BRAC) se definen como aquellas personas en la base de la pirámide viviendo con menos de US$ 1,25 al día. El programa funciona para los más pobres como “una escalera” para salir de la pobreza. Las familias logran alcanzar una serie de objetivos hasta que están en condiciones de generar los ingresos suficientes para mantenerse por sí mismos y, por ende, graduarse del programa. Una vez el programa graduación identifica a las familias en la pobreza extrema, les proporciona activos productivos, así como también, capacitación, transferencias de efectivo y acceso a programas de salud. A medida que pasa el tiempo, las familias comienzan a generar una base de ingresos sostenibles y se integran más al tejido social de la comunidad en que viven.
Transferencias Monetarias Condicionadas
En contraste, los programas de transferencias monetarias condicionadas (TMC o CCT, por su sigla en inglés) son más eficaces con poblaciones que no califican para la asistencia del modelo graduación. Implementados y administrados por los gobiernos nacionales, los programas de transferencias monetarias condicionadas otorgan regularmente a las familias pobres una pequeña suma de dinero, siempre y cuando estas familias reúnen algunos requisitos y cumplan con los requerimientos del programa. Estos, en general, contemplan que padres vacunen a sus hijos, los lleven regularmente a chequeos médicos y que pasen de grado en la escuela. Estos programas han demostrado lograr que los beneficiarios cumplan con las regulaciones pero, sin embargo, la pobreza es un problema de múltiples facetas, y las transferencias monetarias condicionadas son sólo un instrumento de una caja de herramientas más amplia.
Trabajando juntos
De forma conjunta, los programas de modelo graduación y de transferencias monetarias condicionadas tienen la capacidad para ayudar a las familias a salir de la pobreza y mantenerse fuera de ella. Una vez graduadas, las familias siguen enfrentando desafíos que podrían hacerlas caer nuevamente en la pobreza extrema. Es aquí donde los programas de transferencias monetarias condicionadas juegan un papel clave. Estos proporcionan una garantía, un ingreso mensual adicional, al tiempo que la familia invierte en su capital humano. Estos programas requieren subsidio para que sean constantes. Comienzan con transferencias de dinero en efectivo y/o alimentos, y donaciones de bienes o activos que los beneficiarios pueden utilizar para construir un ingreso. A partir de esta plataforma “segura”, los más pobres pueden pasar a trabajar por cuenta propia -con ayuda de las microfinanzas- o desarrollar habilidades que les permitan trabajar con otros. Modelos como el programa graduación y las transferencias monetarias condicionadas trabajan juntos y encajan como dos piezas que estaban destinadas a conectarse para completar la figura final del rompecabezas.
Sin embargo, los rompecabezas no se resuelven por sí mismos. Requieren individuos dedicados que trabajen juntos para lograr avances, especialmente cuando se trata de resolver un “rompecabezas” tan amplio como lo es la pobreza extrema. La solución requiere la cooperación de los profesionales del sector de las microfinanzas, los proveedores de fondos, los inversores sociales y los diseñadores de políticas nacionales. Los programas de graduación y las transferencias monetarias condicionadas han mostrado que, individualmente, pueden ser herramientas eficaces, pero podrían lograr mucho más impacto si se aplicaran en forma conjunta. Esto implica que los diseñadores de políticas nacionales jueguen un papel central en la implementación de programas piloto y luego en la expansión de su aplicación a nivel nacional. Los profesionales del sector las microfinanzas y las familias están trabajando sin descanso a nivel micro para superar la pobreza, pero los diseñadores de políticas nacionales están en posición de efectuar cambios a nivel macro. A menudo, damos por sentado las mejoras que se han logrado en las últimas décadas pero, el cambio para mejorar no está garantizado. Los diseñadores de políticas nacionales tienen la capacidad para asegurar la existencia y puesta en práctica de regulaciones y programas de protección social a nivel nacional que complementen el trabajo de los profesionales del sector.
Este año, la Campaña de la Cumbre del Microcrédito está organizando visitas de campo para diseñadores de políticas nacionales de varios gobiernos de África para experimentar algunos de los más innovadores programas de protección social implementados alrededor del mundo. Tendrán la oportunidad de entrevistar a oficiales de programas y beneficiarios en Etiopía y México. En Addis Ababa, los asistentes participarán de presentaciones del Programa Mundial de Alimentos: R4 Iniciativa de Resiliencia Rural, el Programa de Red de Protección Social Productiva (PSBAP, por su sigla en inglés) y el modelo de BRAC aplicado por Relief Society of Tigray (REST, por su sigla en inglés), para conversar con los beneficiarios y obtener una visión micro de los impactos de estos programas. En México, los diseñadores de políticas nacionales de Africa, aprenderán sobre el programa de transferencias monetarias condicionadas en ese país, Oportunidades, y visitarán también a sus beneficiarios. Después de estas visitas de campo, los participantes asistirán a la 17ª Cumbre del Microcrédito y contribuirán con sus impresiones en la plenaria: “Construyendo caminos para salir de la pobreza” e intercambiarán experiencias con expertos de la industria, profesionales del sector de las microfinanzas, beneficiarios de los programas y otros colegas diseñadores de políticas nacionales. Pero no debemos detenernos aquí: terminar con la pobreza requiere del trabajo conjunto de todos.
La 17ª Cumbre del Microcrédito, “La próxima generación: Innovaciones en microfinanzas”, tendrá lugar en Mérida, México, del 3 al 5 de septiembre. El Portal de Microfinanzas es un asociado de contenido del evento. ¡Esperamos verlos allí!