México: Reforma y grandes retos para las microfinanzas
La reforma hace grandes avances en materia de inclusión financiera y fortalece la función del gobierno en la banca de desarrollo. Tanto la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) -principal ente regulador- como la Comisión Nacional para la Defensa de los Usuarios de las Instituciones Financieras (CONDUSEF), y especialmente esta última, obtienen mayores facultades regulatorias que les permiten imponer sanciones y resolver conflictos en el sector financiero de forma más activa.
Hasta el momento, las microfinanzas no operan como un sector diferenciado en el país. La CNBV define a las microfinazas como una amplia gama de servicios dirigido a la población de bajos ingresos. Las entidades coloquialmente llamadas “microfinancieras” son diferentes tipos de sociedades cuya actividad común son las microfinanzas. Esto hace que el mercado sea muy diverso.
Por un lado están las Sociedades Financieras Populares (Sofipos), que operan con fines de lucro y constituyen el vehículo regulado principal para las microfinanzas, junto con las Sociedades Cooperativas de Ahorro y Crédito (Socaps), sin fines de lucro, que tienen un sistema de reglamentación auxiliar. Ambas vehículos están autorizados para captar depósitos del sector y junto a los bancos (los que en los últimos años han mostrado un creciente interés por este segmento), constituyen las opciones reguladas del sector.
Las instituciones microfinancieras no reguladas operan, en general, bajo la figura de Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (Sofomes-ENR), así como lo hacen las cooperativas que aún no han alcanzado al estatus de Socap. Estas últimas tienen hasta el 31 de marzo de 2014, según la CNBV, para regularse y transformarse en Socaps. Este plazo es ya una extensión de una previa prórroga de dos años establecida por el ente regulador para el 31 de diciembre de 2012.
La existencia de un buen número de instituciones no reguladas en operación fue tomado en cuenta por el último Microscopio Global, por lo que México no se ubicó entre los diez primeros puestos del ranking del mejor entrono para las microfinanzas a nivel global y ocupó el número 18. Con la aprobación de la reforma, el gobierno espera apuntalar el entorno normativo y la consiguiente regulación del sector.
Pese al creciente “boom” de las microfinanzas en México -5,6 millones de clientes en 2012, según datos del FOMIN- y su rol en expandir el acceso al financiamiento a aquellas personas que se han visto excluidas de los sistemas tradicionales de crédito, todavía los servicios financieros no llegan a todos los mexicanos.
Los números muestran que México todavía está rezagado en materia de inclusión financiera. Según datos de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2012 (ENIF), el 44% de los adultos en el país –unas 35 millones de personas- no tiene acceso a ningún producto financiero formal (ahorro, crédito, seguros o previsión para el retiro).
La desigualdad en el acceso se hace más evidente en las zonas rurales. Datos de la CNBV para 2013 muestran que sólo el 9% de los adultos viviendo en poblaciones rurales de México tiene acceso a una cuenta de nómina, contra un 28% de los que viven en zonas urbanas, pese a que este producto es el más utilizado por la población adulta mexicana y es considerado como el de “ingreso” al sistema bancario.
Para atender este rezago de acceso al crédito se integró al Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2013-2018 la meta de hacer de México un país próspero a través de un conjunto de objetivos. Entre estos objetivos está el numero 4.8 que está relacionado con el desarrollo de los sectores estratégicos entre los que se encuentra el Programa Nacional de Financiamiento al Microempresario (PRONAFIM), y que busca contribuir a la atención de la expansión financiera. Este programa enfoca también su estrategia en desarrollar los sectores que son motores de la economía mexicana, apuntalándola a través del Programa para Democratizar la Productividad y aumentando políticas públicas que eliminen los obstáculos que limitan el potencial productivo de los ciudadanos y de las empresas, entre otras cosas.
Durante el tiempo que tiene operando el PRONAFIM, se han otorgado 7,8 millones de microcréditos canalizando recursos por más de 10 mil millones de pesos (aproximadamente unos US$ 754 millones), favoreciendo a 6,6 millones de personas; y teniendo como objetivo el acelerar el acceso al microcrédito en zonas desatendidas. En 2014, PRONAFIM hará énfasis en dispersar microcréditos para proyectos productivos en zonas del norte del país, así como en los 400 municipios con altos índices de pobreza que forman parte de la Cruzada contra el Hambre. Con la iniciativa, PRONAFIM pretende incrementar en un 25% el número de personas atendidas para pasar de 800 mil con las que cerró el año pasado a un millón de acreditados en este año.
Asimismo, con la reforma financiera, se espera que esta brecha en la inclusión se acorte. No sólo porque permitirá prestar más y más barato a los bancos, sino también porque otorga nuevas facultades a sectores como el de las sofipos, para operar a través de corresponsales y de la telefonía móvil. Dos herramientas que permiten lograr mayor penetración en áreas rurales y en poblaciones tradicionalmente excluidas del sistema financiero.
Además de los desafíos en materia de regulación y ordenamiento, otro de los retos de las microfinanza en México es el sobreendeudamiento, más que nada en el sureste del país, donde se ha detectado una saturación de empresas de microfinanzas y casos de clientes endeudados con una o más instituciones.
La reforma contempla la creación de un nuevo buró universal que contendrá la totalidad de estudios y reportes sobre bancos, aseguradoras, sofomes, sofipos y demás sectores revisados por la CONDUSEF. El ente contribuirá al desarrollo de un sistema financiero sólido y a evitar el sobreendeudamiento de las familias mexicanas.
Paralelamente a la puesta en práctica de estas nuevas reglas de juego, las entidades especializadas en microfinanzas tendrán también como reto poner al alcance de la población un mayor abanico de servicios que vayan más allá del simple crédito y que incluyan productos como seguros y ahorros, acompañados de programas de educación financiera para sus clientes, para que sus alcances tengan efecto multiplicador en la economía mexicana.
Lo invitamos a visitar nuestra "Guía de Países: México" para acceder a más cifras sobre microfinanzas, inclusión financiera y ahorros en ese país.
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Javier Eduardo Pérez Jáuregui es Consultor de Evaluación de PRONAFIM.
Mariana Martínez es Gerente de Contenido del Portal de Microfinanzas.
Las opiniones expresadas en este artículo, no reflejan necesariamente el punto de vista del CGAP.