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Conversaciones con el Portal: Carlos Danel Cendoya, Grupo Compartamos

Los desafíos de las microfinanzas y la inclusión financiera en México y América Latina

Carlos Danel Cendoya, foto cortesía Compartamos

Los resultados de la Encuesta de Inclusión Financiera 2012 muestran que si bien el 56% de la población adulta mexicana utiliza un producto financiero, todavía un 44% no tiene acceso a ninguno. ¿Es la inclusión financiera todavía una materia pendiente en México? ¿Cuál es el papel de Compartamos?

La misión del Grupo Compartamos es erradicar la exclusión financiera, tenemos un propósito centrado precisamente en la inclusión. El propósito es que a través de la inclusión financiera en la base de la pirámide podamos llevar oportunidades de desarrollo. En los últimos años, México ha hecho un gran esfuerzo en inclusión financiera. Los datos de la encuesta de 2012 hablan del 56% pero si vemos unos años atrás, este número era aún mucho menor. Hoy México cuenta con una industria de microfinanzas vibrante, bastante consolidada, en la que se avanzó mucho en la inclusión financiera. 

Sin embargo, la encuesta también nos apunta que hay mucha tarea por hacer. No sólo en incluir a todo el mundo, sino con más importancia aún, en ofrecer un menú más completo de servicios financieros a los que estamos incluyendo. Ese 56% habla de que tienen algún producto financiero formal pero se da mucho el caso en México, que los que tienen acceso a servicios financieros, tienen acceso a uno o dos productos, pero la tarea del sector de microfinanzas -y de Compartamos en su centro-, no es solamente incluir más gente al sistema, sino también ofrecer más productos. No solamente créditos, sino también ahorros, seguros y, por supuesto, servicios de pagos. Es por eso que la tarea todavía está pendiente.

En materia de inclusión, se está delineando en México una importante reforma financiera, ¿cuáles son los puntos de esta reforma que considera fundamentales para el sano desarrollo del mercado financiero en su país y la posible inclusión de estos mexicanos excluidos del sistema financiero?

En términos generales, nosotros vemos muy positiva la reforma en su aspiración última, que es fortalecer al sistema financiero para que este pueda financiar más el desarrollo del país. Una de las cosas que ha caracterizado al sistema financiero mexicano es que los montos de los préstamos al sector privado, llámense grandes empresas, medianas, pequeñas o micros, siguen siendo muy pequeños comparado al PIB del país. Por lo que tenemos tarea pendiente que hacer. Creo que la reforma financiera, a través de lo que está proponiendo, fortalece que las instituciones financieras presten más. 

Específicamente para el tema de acceso a servicios financieros a la base de la pirámide, y para la industria de las microfinanzas, nos parece que hay algunos puntos fundamentales dentro de la reforma que ayudan. Uno, sin duda, son reformas a la ley del buró de crédito, las sociedades de información crediticia, en donde hoy tenemos ya un par de burós bastante robustos y competitivos, pero donde pensamos que todavía hay temas en la política pública que se pueden y se deben ajustar para que sirvan mejor.

En la medida en que servimos mejor a este segmento, mejor y mayor información sobre el nivel de endeudamiento de los clientes y su comportamiento de pago, nos ayuda no solamente a manejar mejor el riesgo como industria sino también a eventualmente reducir los costos de originación de los créditos para los clientes. 

Otro tema importante, es el tema de reformas al mandato de la banca de desarrollo. La banca de desarrollo en México todavía tiene áreas de oportunidad importantes y se están haciendo reformas a su mandato para que puedan tomar mayor riesgo, incentivar más la inversión, más que nada, jugar mejor papel en el acceso a los servicios financieros. 

Otra cosa que destacaría, es todo lo que tiene que ver con infraestructura bancaria, reformas a la ley de corresponsales bancarias, reformas al acceso a cajeros automáticos y todo esto es fundamental cuando uno habla de acceso a servicios financieros a la base de la pirámide, porque el poder acceder de forma más conveniente a la red de pagos en el país es muy importante. Por lo tanto, vemos a la reforma como muy positiva y pensamos que contribuirá a esta tarea de la inclusión.

Hablando justamente del tema de la regulación y el endeudamiento, se dice mucho que en México, el mercado de microfinanzas está saturado, que está sobreendeudado (con clientes de hasta con dos o tres préstamos). ¿Cuál es su percepción y cómo responde Compartamos? 

Hoy por hoy existe una industria sólida y creciente en México, que quiere atender a la base de la pirámide. Hoy nuestros clientes no sólo tienen ya acceso a servicios financieros, sino también tienen opciones de con quien tener acceso a esos servicios financieros, ya sea un crédito, una cuenta de ahorro, un seguro, servicios de pago, etc. Eso quiere decir que hay un sector que está compitiendo para servir a estos clientes. Ahora, sin duda, una de las consecuencias de esa competencia es que evidentemente puede existir, en algunos mercados específicos, una sobreoferta de estos productos y sabemos bien que sin educación financiera, a veces el cliente puede hacer mal uso de los servicios financiero y, en concreto, del crédito.

Nosotros vemos hoy en México que hay una oferta muy sana, en términos generales, no sentimos que los indicadores que tenemos, y como los medimos, nos indiquen que sistémicamente hay un problema de sobreendeudamiento. Vemos que hay mercados que están mejor servidos que otros y donde las oportunidades de crecimiento son menores que otras y tratamos de ajustar nuestras operaciones a eso. 

Más que nada, hacemos grandes esfuerzos en dos sentidos: uno es en que tratamos de tener indicadores de alerta temprana en sobreendeudamiento y básicamente esos tienen que ver con mejor uso de la información de buró, por eso pensamos que modificaciones adicionales a la ley de buró son importantes, pero hoy los dos burós que existen en México tienen buena información del nivel de endeudamiento de los clientes y estamos haciendo uso de esa información para tomar nuestras decisiones de dónde vamos y cómo servimos a nuestros clientes. 

La otra, es todo lo que tiene que ver con protección al cliente y educación financiera. Cuando nosotros hacemos educación financiera, hacemos mucho énfasis en la gente, en el uso del crédito y cómo pueden calcular su capacidad de deuda y manejar su deuda. Hemos sido grandes proponentes no solamente con el Smart Campaign sino también localmente, a través de la Condusef, en una serie de principios de protección al cliente que nos parecen importantes, entre los que está, el no sobreendeudar a los clientes. Entonces, nos parece que la situación hoy es mejor que hace 20 años porque hoy nuestros clientes tienen muchas opciones de con quien hacer sus servicios financieros, pero el riesgo de eso es el mal uso de los servicios financieros. Para eso, mejor información de buró y mejores principios en la industria de protección al cliente deben ser puestos en marcha.

¿Cómo percibe la tendencia en América Latina? Compartamos Banco opera también en Perú y Guatemala, ¿cómo ve esos mercados en términos de sobreendeudamiento y saturación de mercados? ¿Cuáles son los desafíos que enfrenta la región en esta materia?

Igual, nos pasa un poco lo mismo, son mercados bastante competitivos, más que nada Perú, pero depende mucho de dónde uno este hablando. En Perú, el mercado está mejor servido, por ejemplo en ciudades grandes como Lima y Arequipa, para crédito individual, con promedio de US$ 1.500 y US$ 2.000. Pero, sin embargo, vemos oportunidades muy importantes en zonas rurales, en ciudades más pequeñas, en créditos grupales y en el crédito que típicamente hace Compartamos, que es entre US$ 400 o US$ 500. Entonces, difícilmente hay indicadores de que los mercados están sistémicamente sobreendeudados pero hay segmentos de mercado específicos que están mejor servidos que otros.

Las preguntas de nuestros seguidores en Twitter y Linkedin se concentraron en las altas tasas de interés del sector de las microfinanzas, tanto en México como a nivel regional. ¿Por qué son tan altas? ¿Qué está haciendo Compartamos para reducirlas?

El tema de las tasas nos lleva inevitablemente a hablar de saldos promedio. Es decir, hacer crédito relativamente pequeño, necesariamente y matemáticamente, por los costos involucrados, nos lleva a cobrar tasas relativamente mayores a lo que uno típicamente ve en el sector financiero. 

En el caso de México, en el 2012, en términos de dólares, Compartamos hizo créditos en promedio de US$ 400, y los costos para generar ese crédito son de alrededor de US$ 200: US$ 25 de costo financiero, US$ 25 de riesgo y, el costo más importante sin dudas -no solo para Compartamos, sino para la industria en general- es el costo operativo, que es el costo de llevar el servicio, en metodología como la que aplica Compartamos, de bancos comunes, en donde son altas en relación y en transacción, donde visitamos a los clientes todas la semanas. En 2012 gastamos para servir a un cliente US$ 150 en promedio de costo operativo, lo que eleva el costo total a US$ 200. En México, por menos de US$ 200 de costo es muy difícil hacer un microcrédito. El tema es que el crédito es solamente de US$ 400, por lo tanto, sin cobrar, por ejemplo, una tasa del 50% o menos del 50%, uno está perdiendo dinero y lo hace poco sustentable. 

Evidentemente aquí el factor más sensible es el monto del crédito y es que son sólo US$ 400. Si nosotros estuviéramos prestando US$ 1.000, US$ 1.500 o US$ 2.000 a este segmento, los costos de US$ 150 por servir al cliente no cambiarían mucho, sin embargo, evidentemente en la relación que guarda los US$ 200 de costo contra, por ejemplo, US$ 2.000 de crédito, es radicalmente distinto que si sólo se presta US$ 400. 

¿Por qué no prestamos US$ 2.000? Esta sería la forma más fácil de bajar las tasas de interés. No lo hacemos porque nuestro cliente no requiere US$ 2.000. El riesgo del sobreendeudamiento es algo que nos tomamos muy en serio. No estamos para simplemente incrementar artificialmente los montos del crédito, sino para servir al cliente en la necesidad de crédito que tiene y que nos ha demostrado ser de esos montos (promedio de US$ 400). 

El tema de tasas está inevitablemente atado al tema del saldo promedio y, mientras los saldos promedios sean bajos, las tasas serán relativamente altas. En Perú, en la subsidiaria Compartamos Financiera, hacemos exclusivamente crédito individual en ciudades y ahí el monto promedio no es de US$ 400, es de alrededor de US$ 2.000, por lo que las tasas son evidentemente mucho menores. Esto para mucha gente suele ser contra intuitivo: ¿por qué en créditos menores las tasas son más altas? Tiene que ver con la proporción que guardan los costos con el monto prestado.

Desde el lanzamiento de la OPI, la percepción general del sector era que esto iba a alterar la gobernabilidad de Compartamos, dificultando el equilibrio entre sus objetivos sociales y financieros (o comerciales). ¿Cuál es la experiencia de Compartamos a lo largo de estos años? 

Tenemos seis años de habernos constituidos como una empresa en la Bolsa Mexicana de Valores, después de la OPI. La percepción de nuestros compañeros en la industria fue evidentemente que la participación de inversionistas tradicionales en el capital cambiaría las prioridades de la gobernabilidad de Compartamos, donde se iban a poner los intereses de los inversionistas ante todo y los intereses de los clientes al final. 

Hoy hay datos sólidos para soportar, que el hecho de ser una entidad pública no introduce estos conflictos de intereses. El rol verdadero de la gobernabilidad en las instituciones tiene que ver con poder alinear los distintos incentivos de los distintos actores, por lo que no creemos que por ser una institución que tiene inversionistas en los mercados de capitales tradicionales está uno condenado a apartarse de la misión social. 

En los últimos seis años, desde que salimos a bolsa, hemos crecido más de tres veces nuestro tamaño, hemos podido diversificar nuestro portafolio para incluir otro tipo de productos, no solamente los créditos urbanos sino también los de renovación de vivienda (hoy más del 10% de la cartera), incorporar seguros (hoy somos el micro asegurador más grande de América Latina), hemos arrancado el proyecto de servicio de pagos y captación, hemos podido crecer fuera de México, con operaciones en Guatemala y Perú, hemos reducido los costos -que al final esa es la estrategia básica que hemos utilizado para bajar las tasas en los últimos 15 años, para cada vez hacer mejor la tarea de los costos operativos para trasmitir esos beneficios al cliente. 

No nos hemos movido del segmento al que estamos atendiendo, seguimos atendiendo 98% mujeres, en su mayoría de área rural y sub-urbana, con un préstamo promedio que no ha cambiado mucho. Antes y después de la OPI, Compartamos está haciendo exactamente lo mismo y se toma su misión social igualmente en serio. Eso es producto de hacer todos los esfuerzos necesarios para tener una gobernabilidad que entiende cuáles son nuestros objetivos, tanto de creación de valor social, como económico y humano, y que se asegura que lo logremos.

¿Cómo incluye Compartamos Banco la gestión del desempeño social (GDS) en el día a día de sus operaciones?

La tarea que nos hemos puesto de erradicar la exclusión financiera es a la vez generar tres tipos de valor: social, económico y humano. Y para cada uno de esos tres valores tenemos una definición específica. En el caso de valor social, nos referimos a dar acceso al mayor número de personas en el menor tiempo posible y compartiendo los beneficios con las comunidades que trabajamos. Para eso tenemos una serie de indicadores que revisamos a distintos niveles. A nivel de directorio, tenemos seis indicadores que revisamos constantemente. A nivel operativo, a través del Social Performance Task Force, hemos desarrollado algunos score-cards de desempeño social que le damos seguimiento, y hemos invertido esfuerzo y dinero en hacer una serie de estudios de impacto que nos digan que es lo que estamos logrando en términos de valor social y de inclusión.

Justamente hablando de impacto, recientemente han publicado un estudio junto a IPA sobre el impacto económico y social que tiene sobre las mujeres el acceso al crédito. ¿Qué puede destacar de dicho estudio? ¿Cómo miden el impacto de los microcréditos que otorgan?

En ese estudio, realizado en una zona al noreste de México, tratamos de medir los impactos que tenía el crédito en la vida de los clientes. Los resultados que destacamos son dos: el primero, que es muy consistente con lo que hemos venido diciendo, al igual que otros estudios de impacto, es que hay una serie de impactos positivos en la vida de los clientes que se logran con el acceso al crédito. 

Sin embargo, esos impactos están lejos de ser transformativos desde el punto de vista de cómo la industria de las microfinanzas quizás ha tradicionalmente vendido el impacto. Hemos oído mucho de acabar con la pobreza a través de las microfinanzas y nosotros hemos sido unos de los grandes proponentes que pensamos que no son suficientes las microfinanzas para abatir la pobreza. Los estudios confirman eso. Tienen resultados positivos, los clientes invierten más en sus negocios, acumulan más activos, tienen menor necesidad de vender activos en situaciones de emergencia, es decir, hay una serie de beneficios y utilidades, en el sentido de cómo manejan sus flujos económicos, pero no quiere decir que el acceso al crédito, por si solo, les haga salir de la pobreza como tal. 

El segundo resultado muy positivo, en el caso de Compartamos, y quizás por la metodología y el enfoque a la mujer, fue que se dio una serie de impactos relacionados al crédito, en el empoderamiento de la mujer, en su participación en las decisiones dentro del hogar y en sus niveles de estrés. 

Una de las causas fundamentales de la pobreza es la exclusión. Hay muchos tipos de exclusión: política, social, educativa, tecnológica y también financiera. Compartamos se ha puesto la tarea de actuar en la exclusión financiera y generar inclusión financiera. Pero igual de importante es que existan intervenciones para la inclusión tecnológica, educativa, social, política y ahí, al igual que en las microfinanzas, no hay soluciones fáciles ni soluciones únicas. Es un trabajo que, sin duda alguna, requiere de la intervención del sector gubernamental, de la sociedad civil y del sector privado. El reto es muy importante y requiere de la actuación en conjunto de muchos actores. Nosotros hemos decidido actuar en la inclusión financiera, que es importante, pero ciertamente no suficiente.

Muchos competidores en México –y a nivel regional- están implementando cada vez más la tecnología móvil para llegar a zonas rurales o remotas. ¿Aplicará Compartamos Banco este tipo de tecnología en su modelo de negocio? 

Hoy existen una serie de tecnologías emergentes en servicios financieros digitales que habrá que incorporar en las operaciones. Tenemos una subsidiaria, Yastás, que administra corresponsales bancarios, con la que estamos explorando el tema de los pagos móviles. Pagos móviles será una de muchas otras soluciones. La tecnología bien aplicada nos llevará al concepto de las microfinanzas 2.0. Hoy, las microfinanzas, en su mayoría son muy intensivas en mano de obra, muy “artesanales”, y pareciera que están surgiendo todas estas tecnologías con las que vamos a poder reducir costos de transacción, acumular mejor información y también servir mejor al cliente y en la medida en que seamos innovadores y exitosos en la aplicación de estas tecnologías, incluyendo pagos móviles, vamos a poder llevar a la industria a su segunda versión, la de las microfinanzas 2.0.

¿Cuál es el futuro de Banco Compartamos? ¿Cuáles son los planes de expansión y crecimiento dentro y fuera de México? Se habla de expansión en la región, posiblemente Colombia, Ecuador, Brasil, El Salvador, Honduras y R. Dominicana. 

La vocación de Compartamos es la de erradicar la exclusión financiera en las Américas. Evidentemente es una tarea muy grande. Aspiramos a ofrecer inclusión, una serie de productos básicos financieros a la base de la pirámide. Eso incluye crédito, ahorro, seguros y servicios de pagos. Pero no sólo en México, sino en América Latina. 

Hoy estamos en tres países y tenemos retos importantes en esos tres países. México todavía es un país en el que seguimos creciendo fuertemente en el número de usuarios y en los productos que ofrecemos. Guatemala y Perú, que son operaciones más recientes, todavía están en proceso de consolidarse y ser más eficientes. 

En el futuro, aspiramos a tener presencia regional. No hay planes inmediatas de a qué países y cómo, sino que estamos viendo qué oportunidades se dan en cada uno de esos países. Seguramente seguiremos creciendo como lo hemos hecho en el pasado, de forma orgánica, entrando de cero en algunos países y, quizás, por adquisición en algunos otros. De cinco a 10 años, así es cómo vemos el futuro, pero las oportunidades las veremos conforme a cómo se van dando.

Esta conversación se llevó a cabo entre Carlos Danel Cendoya, Presidente del Consejo de Administración de Grupo Compartamos, y Mariana Martínez, Gerente de Contenido del Portal de Microfinanzas.

Comentarios:
 
19 Ago 2013
Inclusión Financiera
 
Un sentido de propósito claro, simple y a la vez poderoso. El sello de la organización que está transformando la forma de crear valor armonizando el beneficio para todos los actores en esta formidable empresa. Haciendo posible lo imposible.
 
Alvaro Elizalde
México
 
22 Ago 2013
OBJETIVOS FINANCIEROS Y SOCIALES
 
La discusión casi filosófica de priorizar los objetivos financieros sobre los sociales para que las IMFs logren sostenibilidad en el tiempo, parece perder argumentos cuando los mandos Directivos tienen claro que lo que diferencia a las IMFs de otro tipo de entidades financieras, es precisamente, la busqueda permanente de equilibrio entre ambos objetivos aparentemente contrarios.
 
Anthony Blas
Perú
 
22 Ago 2013
A propósito de las altas tasas de interés
 
Trataré de ser breve, el tema da para escribir mucho. Es cierto lo que indica el entrevistado en relación a por qué son altas las tasas de interés que las instituciones microfinancieras (IMF) cobran a sus clientes.
 
Sin embargo, Bolivia tiene las tasas más bajas en este sentido, debido, principalmente, a algunos factores fundamentales relacionados entre sí: la eficiencia, la productividad y la escala. En el primer caso, las IMF bolivianas han logrado mejorar substancialmente la eficiencia al reducir los costos operativos de los que habla el entrevistado (concretamente, procesos más rápidos, desembolsos ágiles, mayor estandarización de los productos crediticios sin dejar de responder a las necesidades del cliente, etc.) A ello se suma la alta productividad del personal, particularmente de los oficiales de crédito, quienes atienden a un elevado número de clientes manteniendo al mismo tiempo bajísimos niveles de morosidad (otro aspecto que repercute en las tasas de interés). Por tanto, estos costos representan un porcentaje cada vez más bajo en relación a la cartera de créditos.
 
Por otro lado, las IMF bolivianas cuentan con una clientela cada vez más numerosa, lo cual provoca un incremento sostenido de la cartera. Cuanto mayor es el volumen de la cartera, los costos operativos son proporcionalmente menores y, por ende, es posible bajar las tasas de interés. En la actualidad, las tasas activas de los microcréditos en Bolivia se sitúan alrededor del 20% anual en promedio (siendo aún menores en muchos casos).
 
 
Rolando Virreira
Consultor internacional en Microfinanzas
Bolivia
 
23 Ago 2013
Tres observaciones
 
1.- Definitivamente la inclusión financiera es un tema relevante en México, sin embargo las IMFs se conforman con ofrecer sus producto en zonas urbanas o sub urbanas en su gran mayoría no ofrecen estos servicios en comunidades rurales o marginadas. Esto va de la mano con el boom de estas entidades en el país sobre todo en el numero de Sofomes que son las que han endeudado al cliente y saturado el mercado.
En este sentido que esta haciendo Compartamos?, pues como bien menciona el entrevistado tienen los productos de crédito, ahorros, seguros y servicios de pagos, debemos recordar que Compartamos esta constituido como banco y estos servicios no son suficientes si en realidad se quiere lograr una inclusión financiera. En el caso de los seguros sería conveniente mencionar que este es un servicio que “debe” contratar el cliente al momento de obtener el crédito, siendo este un seguro de gastos funerarios y/o un seguro de crédito que ampara el monto del préstamo, hasta cuando vamos a ver un seguro de salud?
 
2.- La pregunta directa es por qué en México las tasas de interés activas son tan altas? Después de ver la respuesta del entrevistado, se le olvidó incluir el costo de las comisiones que cobran y que impactan directamente al acreditado, coincido con el comentario de Rolando Virreira. Yo le preguntaría al entrevistado también respecto a las tasas pasivas que se pagan a los clientes.
 
3.- Respecto a su incursión en otros países, también debió comentar que al menos en el Perú por supuesto que solo podrían, respecto a otras IMFs competir con el crédito individual, pues existen otras Instituciones como Mi Banco ó Prisma que tienen los mismos productos que Compartamos y obviamente a tasas de interés más bajas en sus préstamos. Otro punto relevante que en el Perú la regulación en el sistema financiero es más estricta que en México.
 
 
Alberto Gutiérrez
Consultor en Microfinanzas Latinoamérica
México
 
2 Sep 2013
Objetivo de las IMF
 
Las IMF deben ver el crédito no como un fin sino como un medio para erradicar la exclusión financiera, con ello generar oportunidades de desarrollo y progreso para la base de la pirámide, y para lograr ello a través del tiempo la empresa debe de ser sostenible. Compartamos es una gran empresa que busca la inclusión financiera y que tiene claro el rol social que cumple usando un modelo comercial.
 

 

Perú

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