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¿Cómo puede el análisis de género ayudarnos a comprender y abordar la exclusión financiera de las mujeres?

Manos sosteniendo una canasta de maíz.
Este blog es parte de la colaboración de FinEquity con USAID para la creación de recursos acerca de una fuerza de trabajo con equilibrio de género, la realización de análisis de género y el diseño de productos enfocados en las mujeres.

La inclusión financiera significa, según el Banco Mundial, que las personas y los negocios tienen acceso a productos y servicios financieros útiles y asequibles que satisfacen sus necesidades (transacciones, pagos, ahorros, créditos y seguros) y cuya prestación se hace de manera responsable y sostenible. Para aumentar la inclusión financiera y, por lo tanto, mejorar la calidad de vida de las personas, el diseño de productos, servicios, intervenciones y programas debe basarse en una comprensión profunda de por qué persiste, y en algunos lugares aumenta (6% a nivel mundial), la brecha de género en el acceso y el uso, que deja a las mujeres sistemáticamente excluidas.

El análisis de género examina las diferencias que existen en la vida financiera, las necesidades y las preferencias de las mujeres y los hombres planteando la pregunta: “¿Quién hace qué, cómo y por qué? ¿Quién tiene qué? ¿Quién decide qué? ¿Cómo?".  Y es necesario que el análisis de género sea un elemento clave de cualquier programa de inclusión financiera o diseño de producto. Cuando planteamos estas preguntas, deberíamos también considerar otros factores tales como la edad, la geografía, la educación y cuál es la intersección de estos factores con la identidad de género.

El análisis de género también incluye examinar el cómo y el porqué de las restricciones de género en el sistema del mercado financiero.  Por ejemplo, las características del producto o los canales de prestación que no funcionan para las mujeres, la verificación Conozca a su Cliente (KYC, en inglés) y los requisitos relacionados con las garantías, que a las mujeres les resulta más difícil cumplir u obtener.  Asimismo, no existen suficientes instituciones financieras que recopilen o utilicen datos desglosados ​​por sexo, y aquellas entidades que sí lo hacen pueden subutilizar o directamente no utilizar los datos al momento de diseñar productos novedosos o modificar los ya existentes. El análisis de género también tiene en cuenta las barreras a las que las mujeres se enfrentan en el acceso y utilización de los servicios financieros, tales como las normas de género, las limitaciones de tiempo y movilidad, y qué tan cómodas se sienten con la tecnología.  Asimismo, evalúa cómo estas barreras son abordadas, o no, en el diseño de servicios y programas financieros. Si no se desarrolla un panorama completo de lo que está funcionando y lo que no está funcionando para las mujeres y por qué, el objetivo de la inclusión financiera no podrá ser plenamente alcanzado.

Si no se  desarrolla un panorama completo de lo que está funcionando y lo que no está funcionando para las mujeres y por qué, el objetivo de la inclusión financiera no podrá ser plenamente alcanzado.

El análisis de género no es nuevo en la inclusión financiera, y ya hace un tiempo que las diferentes partes interesadas han estado utilizando herramientas y enfoques de análisis de género para informar sus productos, procesos, intervenciones y políticas. Esto puede cobrar diferentes formas: la investigación de clientes utilizando herramientas cualitativas y cuantitativas para comprender la demanda de servicios financieros (es decir, investigar las necesidades y preferencias de segmentos específicos de mujeres y cómo se satisfacen (o no se satisfacen); o estudios de mercado utilizando datos primarios y secundarios sobre la oferta de servicios financieros para comprender qué productos están disponibles para las mujeres, cómo se utilizan (o no), cómo se organizan los proveedores para brindar servicios a las mujeres como clientas y cómo el entorno propicio (es decir, las políticas y la infraestructura) facilita o dificulta la inclusión financiera de las mujeres.

En los últimos años, ante un creciente reconocimiento de la necesidad del enfoque centrado en el cliente en la inclusión financiera, se han observado innovaciones en las herramientas y enfoques utilizados tanto para el análisis de clientes como para estudios de mercado. A menudo basadas en la experiencia de otros sectores, estas innovaciones tienen el potencial de ayudarnos a comprender mejor las causas que subyacen a la exclusión financiera de las mujeres y abordarlas para construir un sistema financiero con equidad de género, cuya característica sea la disponibilidad de productos de género intencionales, una fuerza de trabajo equilibrada y apoyada en políticas de género intencionales. A continuación, presentamos algunos ejemplos que combinan diferentes herramientas de análisis de género a fin de comprender mejor las necesidades de las mujeres y diseñar soluciones para ellas.  

Lo primero es lo primero: comprender cómo las normas de género limitan la inclusión financiera de las mujeres

Tal como se señala en la Guía Técnica de CGAP sobre cómo abordar las normas de género para la inclusión financiera, las normas de género son una realidad ineludible en la vida de las mujeres y limitan la capacidad de las mujeres para acceder, utilizar y beneficiarse de los servicios financieros.   Estas normas son la causa originaria que influye en el comportamiento de todos quienes participan en el sistema del mercado financiero y que, en última instancia, resulta en la exclusión de las mujeres.

El estudio Finscope 2020 para Ruanda encontró que, si bien la brecha de género en el acceso a los servicios financieros en Ruanda es relativamente pequeña, con el 92% de las mujeres incluidas financieramente en comparación con el 93% de los hombres, las mujeres de Ruanda todavía tienen una capacidad limitada para utilizar los servicios financieros para mejorar la calidad de sus propias vidas, y la de sus hogares, debido a las normas sociales y de género prevalecientes. Access to Finance Rwanda (AFR) descubrió que, si bien las mujeres en Ruanda poseen propiedad equitativa de activos, las normas de género hacen que se sientan incómodas al momento de utilizar estos activos compartidos como garantía para adquirir préstamos para sus negocios. La investigación de AFR también halló que cuando los proveedores de servicios financieros (FSP) o las ONG ofrecían capacitaciones financieras y de negocios, asistían menos mujeres porque se esperaba que dieran prioridad al cuidado de los niños y las tareas del hogar.

Al diseñar programas e intervenciones para avanzar en la inclusión financiera y el empoderamiento económico de las mujeres, es fundamental comenzar con un diagnóstico de las normas de género. Esto nos brinda información no solo sobre la vida financiera, las necesidades, las preferencias y las aspiraciones de las mujeres, sino también una comprensión más profunda de lo que impulsa esas preferencias y cómo las normas de género están creando restricciones específicas para las mujeres en el sistema del mercado financiero.

Al diseñar programas e intervenciones para avanzar en la inclusión financiera y el empoderamiento económico de las mujeres, es fundamental comenzar con un diagnóstico de las normas de género.

Actualmente, AFR está realizando uno de estos diagnósticos de las normas de género y planea utilizar los conocimientos obtenidos para diseñar intervenciones efectivas, informadas por las normas o transformadoras de las normas, que harán que la inclusión financiera de las mujeres en Ruanda sea más amplia.

El análisis de género para comprender las limitaciones que enfrentan segmentos específicos de mujeres

Un buen análisis de género debe brindar una comprensión matizada de las preferencias y el comportamientos de las mujeres , que están determinados por la edad, la etapa de la vida, la ubicación geográfica y el contexto, entre muchos otros factores. En Uganda, la Fundación Grameen se asoció con GSMA a fin de  implementar un proyecto para expandir los servicios financieros digitales (SFD) para refugiados, brindándoles productos tales como billeteras digitales y préstamos digitales grupales de ahorro, con el objetivo de mejorar sus ingresos y oportunidades de resiliencia. El proyecto se desarrolló en el campo de refugiados de Bidi Bidi en Uganda, uno de los asentamientos de refugiados más grandes del país, en el cual la mayoría de las familias están encabezadas por mujeres. Dado el entorno social y de políticas favorables para los refugiados en Uganda, muchos ya estaban activos económicamente o bien tenían interés ​​en empezar y hacer crecer sus negocios.

Sin embargo, la falta de acceso a la financiación fue una limitación clave, ya que los PSF consideraban que los refugiados estaban en forma transitoria y carecían de solvencia crediticia. La Asociación de Ahorro y Préstamo para Aldeas (VSLA)  achicó la brecha de financiamiento hasta cierto punto, pero los montos de los préstamos fueron acotados. Asimismo, muchas de las familias encabezadas por mujeres recibieron periódicamente transferencias de dinero, tanto del extranjero como de agencias de ayuda humanitaria, pero no pudieron acceder a ellas debido a la falta de puntos de acceso financiero dentro o cerca del campo de refugiados. Con la proliferación del dinero móvil en Uganda, el proyecto vio que expandir la red de agentes femeninas era una oportunidad para aumentar el acceso general a los SFD y apoyar las oportunidades empresariales para las mujeres que viven en Bidi Bidi. 

Para desarrollar la estrategia de su programa, la Fundación Grameen llevó a cabo un análisis de género utilizando su propio marco, para comprender qué factores impedían que las mujeres empezaran y gestionaran sus propios negocios de agentes de SFD, así como también que accedieran y utilizaran los SFD. El marco de análisis de género de la Fundación Grameen analiza el espíritu empresarial y los servicios financieros, el uso del tiempo, la movilidad, el matrimonio, la violencia sexual y de género (VSG), los activos, la educación, la interseccionalidad y el lugar de trabajo.

El análisis de género encontró que las mujeres refugiadas se enfrentaban a barreras significativas para acceder y utilizar los servicios financieros, tanto debido a las normas de género como por carecer de una red social. Se espera que las mujeres refugiadas manejen altas cargas de tareas del hogar y cuidado de los niños, lo cual limita su capacidad para acceder a servicios financieros de instituciones financieras físicas, que a menudo están ubicadas lejos de los campos de refugiados. También se enfrentan a la discriminación de los PSF que tienen confianza limitada en las habilidades empresariales de las mujeres, requieren el consentimiento del marido para acceder a los servicios y tienen percepciones negativas sobre las mujeres que dirigen negocios (como suponer que están relegando sus responsabilidades domésticas y de cuidado). Tal como la mayoría de las microemprendedoras, las microemprendedoras refugiadas con las que trabajó la Fundación Grameen no podían cumplir con los requisitos de garantía porque carecían de los activos físicos (tierra, maquinaria, equipos, etc.) necesarios para asegurar el capital inicial que precisaban. Asimismo, sus habilidades de gestión empresarial eran limitadas.

En respuesta a estos obstáculos, la Fundación Grameen trabajó con tres PSF para desarrollar una estrategia hecha a medida, que pudiera expandir y hacer crecer las redes de agentes femeninas, centrándose en proporcionar acceso al crédito inicial para potenciales agentes y en brindarles capacitación y apoyo para empezar y administrar un negocio. Tener agentes femeninas del campo de refugiados permitió a los PSF ampliar su alcance, al incorporar y activar clientes femeninas dentro del asentamiento. Para las mujeres en Bidi Bidi, tener acceso a agentes femeninas cercanas, que conocían y en las que confiaban les permitió utilizar productos financieros digitales adicionales, incluidos préstamos bancarios asequibles que se ofrecieron a través de la VSLA digitalizada.

Análisis de género para apoyar el diseño de productos financieros centrados en las mujeres

El programa Ignite de CARE y el Centro Mastercard para el Crecimiento Inclusivo apoya a mujeres emprendedoras orientadas al crecimiento en Vietnam, Pakistán y Perú, facilitando su acceso a productos financieros y no financieros relevantes y a herramientas digitales.  Asimismo, les brinda apoyo para hacer frente a las limitaciones de las normas de género. Para informar el diseño del paquete de apoyo a mujeres emprendedoras en cada uno de los tres países del programa, CARE adoptó un proceso de diseño centrado en las mujeres para comprender sus necesidades y deseos, así como también las barreras a las que se enfrentaban.

El proceso de diseño centrado en las mujeres que utiliza CARE implica trabajar tanto con las mujeres emprendedoras como con los PSF para testear, diseñar, lanzar e iterar ideas y conceptos de productos. Durante un año, el programa llevó a cabo tanto estudios cualitativos como cuantitativos en los que participaron más de 4000 micro y pequeñas empresas dirigidas por mujeres. Los temas centrales que exploró la investigación fueron el acceso a la financiación, el acceso a habilidades de desarrollo empresarial, los impactos del COVID-19, la toma de decisiones financieras dentro del hogar y las habilidades digitales. El análisis halló que algunas de las limitaciones a las que se enfrentaban las micro y pequeñas empresas dirigidas por mujeres eran similares en los tres países: niveles de confianza de las mujeres, preferencias de desarrollo de habilidades, limitaciones de tiempo y movilidad, y estar familiarizadas con los canales digitales, con algunas variaciones en torno a los términos específicos de los productos. 

La clave del éxito de este esfuerzo de investigación fue adaptar el proceso de investigación para crear un entorno en el que las mujeres se sintieran cómodas compartiendo sus opiniones.

La clave del éxito de este esfuerzo de investigación fue adaptar el proceso de investigación para crear un entorno en el que las mujeres se sintieran cómodas compartiendo sus opiniones. Las mujeres participantes decidieron dónde llevar a cabo las entrevistas (es decir, en el negocio, en el hogar, en privado) y cuándo (es decir, en no en horas pico comerciales, ni en el horario de cuidado del hogar). En el caso de las mujeres casadas, los investigadores pidieron permiso para hablar solo con las mujeres. Todo el equipo de investigación fue capacitado para realizar investigaciones sensibles al género y las herramientas cualitativas y cuantitativas tenían secciones y escalas específicas sobre la toma de decisiones, los roles de género, el acceso y el control. El uso de herramientas de diseño ajustadas y centradas en el ser humano y enfocadas en aquellos miedos, desafíos y aspiraciones profundamente arraigados, ayudaron a desarrollar una imagen más clara de las necesidades y preferencias de las mujeres.

Tras estos hallazgos, Ignite trabajó con los PSF y otras partes interesadas en cada uno de los tres países para crear productos y servicios crediticios adaptados para micro y pequeñas empresas dirigidas por mujeres.  Todos estos productos y servicios han logrado ahora una adopción significativa. En Perú, el proyecto se centró en préstamos más grandes sin historial crediticio (usando referencias y puntajes crediticios alternativos), períodos de reembolso flexibles y un paquete de seguro contra el cáncer. En Vietnam, VPBank creó un producto con tasa de interés más baja y la aprobación en línea de préstamos que no requerían garantía. En Pakistán, UBank ofreció a las mujeres emprendedoras préstamos más grandes a través de una plataforma digital con incorporación digital y educación financiera. Asimismo, los oficiales de crédito de Ubank recibieron capacitación sobre cómo interactuar con clientes mujeres.

En cada uno de los tres países, CARE diseñó actividades adicionales en colaboración con los PSF para abordar las limitaciones específicas al contexto que estaban arraigadas en las normas de género. En Perú, el proyecto diseñó una aplicación para que las mujeres ofrecieran capacitación en habilidades financieras y digitales así como también una campaña en los medios que analizaba el rol de los hombres en las responsabilidades del cuidado del hogar. En Vietnam, el proyecto lanzó una campaña para celebrar el éxito de las mujeres emprendedoras y, asimismo, una iniciativa para apoyar sesiones de bienestar mental y emocional para mujeres emprendedoras. En Pakistán, el proyecto brindó apoyo para el desarrollo de capacidades digitales y creó una campaña sobre el compromiso masculino que destaca modelos de hombres que apoyan a las mujeres emprendedoras. El objetivo era animar a los hombres a celebrar los logros de sus esposas, hijas y madres.

Recuerde: lo que funciona para las mujeres en términos de diseño de servicios financieros también funciona para los hombres, pero no al revés

Tal como es importante reconocer la diferencia entre las necesidades financieras de los hombres y las mujeres, es igual de importante recordar que las mujeres no son un monolito. Como se destaca en los ejemplos de este blog, si bien puede haber algunos puntos en común en las barreras a las que las mujeres se enfrentan, éstas se manifiestan de diferentes maneras según otros factores tales como la edad, la raza, la ubicación, la educación, etc. Las herramientas y los enfoques de análisis de género pueden ayudar a que las partes interesadas de la inclusión financiera desarrollen una mejor comprensión de las preferencias y necesidades financieras de las mujeres y, en base a ella diseñen productos, servicios, procesos y políticas que mejoren significativamente tanto sus vidas como sus medios de vida.

Los llamados “enfoques neutrales al género”, habituales en la inclusión financiera, pasan por alto el hecho de que las mujeres y los hombres llevan vidas financieras fundamentalmente diferentes. Vale la pena recordar que lo que funciona para las mujeres en términos de diseño de servicios financieros también funciona para los hombres, pero no al revés.

FinEquity y FinEquityALC han publicado un conjunto seleccionado de recursos de análisis de género cuya finalidad es proporcionar un punto de partida sobre cómo comprender mejor los desafíos y limitaciones que habitualmente se presentan para la inclusión financiera y el empoderamiento económico de las mujeres, así como también la mejor manera de abordarlos. 

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