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PYMES: El problema entre las finanzas y las microfinanzas

Las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPYME) son consideradas la columna vertebral de la economía. Con frecuencia, en los países de bajos ingresos, se alienta a los gobiernos a apoyar el desarrollo de este sector mediante financiamiento productivo. Pero, ¿Puede tratarse al universo MiPYME como algo homogéneo? ¿Padece la microempresa restricciones similares a la PYME?
 
Comencemos por analizar su relevancia para la economía. Frecuentemente se señala que el universo MiPYME fomenta el crecimiento del PIB y la generación de empleo. No obstante, su contribución varía de un país a otro. En economías de altos ingresos, la PYME puede representar una importante proporción del PIB y hasta afectar al equilibrio económico. Pero en los países de bajos ingresos, la presencia PYME se reduce dando lugar a las micro y grandes empresas, quienes tienden a desempeñar un rol más preponderante.

​Específicamente, los datos señalan que en los países de ingresos altos, la PYME genera más del 50% del PIB y más del 60% del empleo. En los países de ingresos bajos, por otro lado, implican el 30% del empleo y el 17% del PIB, con un gran número de microempresas y algunas grandes, pero menor presencia PYME.
 
En los países de bajos ingresos, gran parte del trabajo productivo se realiza con microempresas que no están registradas ante las autoridades fiscales y que se gestionan de manera informal. A medida que las naciones se enriquecen, disminuye la participación de las empresas en el sector no registrado mientras que las empresas formales se vuelven más dominantes y la PYME gana terreno. En economías de ingresos medios, la contribución de la PYME al PIB puede llegar al 40%, aunque el sector informal sigue desempeñando un papel importante.

En un estudio realizado sobre 18 países de ingresos medios altos y altos durante un período de 10 años, la OCDE estimó que la PYME emplea en promedio el 65% de la mano de obra y pueden representar hasta el 75% de la creación bruta de empleo. Sobre países de bajos ingresos, Dalberg Global Development Advisors concluye que la PYME hace una contribución de hasta el 78% a la creación de empleo. Por su parte, la OIT junto con la Agencia Alemana de Desarrollo Internacional (GIZ) estiman la proporción media de empleo a nivel mundial que generan las PYMEs en un 67%.

A pesar de estas significativas contribuciones a la economía, la PYME enfrenta numerosos obstáculos, sobre todo en su capacidad de acceder al crédito. Su camino es a veces más difícil que aquel de la microempresa. El Banco Mundial estima que casi el 70% de las PYMEs en economías en desarrollo no tienen acceso a financiamiento y que esta brecha puede alcanzar los 2,6 billones de dólares.
 
Es necesario entonces distinguir el problema PYME de las microempresas. Estas últimas, generalmente financian pequeñas cantidades por períodos cortos y tienden a cubrir sus necesidades de financiamiento a través de instituciones microfinancieras (IMFs) que cuentan con herramientas de evaluación de riesgos diseñadas para evaluar a empresas informales. Cuando la microempresa no puede obtener financiamiento de una IMF, la evidencia demuestra que recurre a redes de préstamos, cooperativas o proveedores, amigos o, en el peor de los casos, prestamistas informales.
 
Por su parte, las soluciones financieras que requiere la PYME suelen ser créditos más grandes o planes financieros más complejos. Típicamente, las IMFs no pueden ofrecer tales soluciones a la PYME debido a la naturaleza de sus modelos de negocio o restricciones regulatorias impuestas a los tipos de productos que brindan. Por lo tanto, la PYME debe recurrir a instituciones financieras más grandes, pero por su falta de garantías, estados financieros incompletos, antecedentes inexistentes o ausencia de planes de negocios, le niegan financiamiento.
 
Así, a menudo se considera que la PYME es demasiado grande para las IMFs que no pueden ofrecerles soluciones adecuadas; demasiado riesgosas para instituciones financieras más grandes como los bancos; y demasiado necesitadas de financiamiento para fuentes alternativas o informales. Aunque la situación ha empezado a mejorar, para muchas PYMEs atrapadas entre las finanzas y las microfinanzas, la supervivencia a corto plazo es la principal prioridad.

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Publicado
Autor
Carballo, I. E.