Entrevista del FinDev

¿Cómo podemos alcanzar a 80 millones de mujeres y aumentar sus ingresos en un 30%?

Greta Bull de la Fundación Bill y Melinda Gates comparte sus más recientes ideas sobre cómo lograr impacto y construir un ecosistema de créditos inclusivo.
Greta Bull, Directora de Empoderamiento Económico de las Mujeres en la Fundación Gates.

Greta Bull es Directora de Empoderamiento Económico de las Mujeres en la Fundación Gates, donde supervisa una cartera de inversiones que cubren datos y evidencia de género, colectivos económicos de mujeres y desarrollo de medios de vida para mujeres pobres. Antes de unirse a la Fundación, Greta trabajó durante 15 años en el Grupo Banco Mundial, donde se desempeñó durante seis años como directora ejecutiva de CGAP.

La Fundación Gates publicó recientemente el documento Mujeres y crecimiento equitativo en un mundo con recursos limitados, como parte de su trabajo sobre el empoderamiento económico de las mujeres y los sistemas financieros inclusivos. Esta publicación, que sostiene que debemos enfocarnos en construir mercados de crédito inclusivos, especialmente en África, representa un cambio significativo con respecto a la reciente forma de pensar del sector. El Portal FinDev entrevistó a Greta Bull, autora principal de este documento, para analizar lo que significa para el sector de la inclusión financiera en su conjunto.

Portal FinDev: ¿Por qué la Fundación Gates realizó este trabajo que dio lugar al documento “Las mujeres y el crecimiento equitativo en un mundo con recursos limitados”?

Greta Bull: Nuestra estrategia, lo que nos guía, está enfocada en aumentar los ingresos de las mujeres. ¿Entonces cómo lograrlo? ¿Cómo podemos alcanzar a 80 millones de mujeres y aumentar sus ingresos en un 30%? Al analizar esta cuestión, nos dimos cuenta de que debemos empezar allí donde están las mujeres. Y muchas mujeres trabajan en la economía informal, dirigiendo nano, micro y pequeñas empresas. Y una de las cosas que más necesitan esas empresas es acceso a fuentes asequibles de capital.

Utilizamos aquí la palabra capital de manera muy intencional porque no tiene por qué ser un préstamo; podría ser una transferencia de efectivo o una subvención de capitalización a una Asociación de Ahorro y Préstamo para Aldeas (VSLA por su sigla en inglés). Pero también podría ser crédito, proporcionado a través de un grupo, una IMF o una fintech. Lo importante es que necesitamos hacer llegar capital a las mujeres de formas en que puedan utilizarlo para aumentar sus ingresos productivamente. Y debemos hacerlo a un precio asequible y que represente el riesgo demostrable de que esa mujer incumpla con el préstamo.

Entonces, ¿de dónde obtienen las mujeres el capital que necesitan? Tenemos el ecosistema crediticio informal: Grupos de autoayuda, VSLA, chamas. Existen transferencias de efectivo y programas para graduar a los ultrapobres. Y luego tenemos las microfinanzas y las fintech. Solíamos pensar en todos estos tipos de financiación en silos, como si fueran muy diferentes entre sí.

Pero al final, todo es dinero: O sale en una dirección (como las transferencias de efectivo) o sale y regresa a diferentes precios (crédito). La evidencia del impacto de las transferencias de efectivo es bastante clara.  Con el crédito la situación es más variada, y eso generalmente se debe a que el crédito al que tienen acceso la mayoría de las mujeres pobres no es adecuado para las necesidades de las personas que intentan administrar negocios para obtener ingresos. Y en África, el precio de ese crédito es MUY caro.

Miramos a nuestro alrededor y nos dimos cuenta de que otros lugares habían logrado comprenderlo. Allá por los años 90, partes de América Latina comprendieron bastante bien cómo hacer microfinanzas. En países tales como Perú, Colombia y Bolivia, es una industria realmente bien estructurada y bien administrada. Bangladesh logró comprender cómo hacer microfinanzas. La India está comprendiendo cómo hacerlas. Pero en África no hemos llegado todavía a un punto en el que tengamos sectores financieros bien diversificados que puedan servir al gran porcentaje de personas que no forman parte del sistema de manera significativa y a un precio asequible. Por ejemplo, las tasas vigentes para los microcréditos en Kenia superan la TPA de 70%. Cuando la gente en la India se queja de tipos de interés del 25 al 30%, pensamos: ¡En África soñamos con esas tasas de interés!

Llegamos a la conclusión de que se trata de un problema de ecosistema. Estamos tratando de buscar cómo podemos trabajar juntos en todo este ecosistema de manera más efectiva para comenzar a reducir el precio del crédito, tal como en su momento lo hicieron en América Latina, tal como lo están haciendo ahora en India. ¿Y cuáles son los mecanismos que harán que eso suceda de manera que crear mercados en lugar de distorsionarlos o que nos deje a merced del sector privado (que es en parte la razón por la cual cuesta tanto ahora)?

Como donantes, tenemos que ser más inteligentes en cuanto a cómo estamos comprando ese impacto. Estamos gastando 10 mil millones de dólares al año en inclusión financiera en África, ¿y qué nos está comprando eso? Necesitamos empezar a obtener más por nuestro dinero en estos mercados. 

El papel del crédito para las microempresas de mujeres

FinDev: El microcrédito ha recibido muchas críticas en la última década, derivadas de la prensa negativa y de ensayos aleatorios y controlados (EAC) que mostraron resultados mixtos sobre el impacto. ¿Por qué volvemos ahora a enfocarnos en el crédito?

Greta:  Tal como mencioné, las mujeres necesitan capital. El crédito es una solución. Las transferencias de efectivo son otra. Pero ahora no hay mucho dinero para repartir, ya que la AOD (ayuda oficial para el desarrollo) está muy limitada. Por lo tanto, el crédito tiene la ventaja de que se puede aprovechar al máximo y utilizar de manera en que pueda volver a utilizarse. Estamos tratando de restablecer la conversación sobre cómo concebimos el crédito como recurso, y es microcrédito porque la mayoría de las empresas de mujeres son pequeñas e informales.

El crédito puede desempeñar tres funciones distintas: 1) Resiliencia: Tienes un problema y necesitas pagar por algo inmediatamente; 2) Capital de trabajo, para estabilizar flujos de caja irregulares; y 3) Invertir en crecimiento. Tradicionalmente, la industria se ha enfocado en el crecimiento y no lo suficiente en los casos de uso de resiliencia y estabilidad.  Lo que nos dicen los diarios financieros es que la mayoría de las microempresas no quieren crecer. Quieren obtener un ingreso confiable y en forma regular. ¿Cómo lograr que un número suficiente de estas mujeres de bajos ingresos alcancen una posición que les permita administrar microempresas estables que puedan emplear personas de manera confiable, de modo tal que podamos comenzar a generar empleo e ingresos para las mujeres? Una vez que se logre ese tipo de estabilidad, se puede empezar a pensar en crecer. Y, dicho sea de paso, la estabilidad significa que se puede seguir empleando gente en lugar de tener que despedirla cuando los flujos de efectivo son escasos.

Intentamos disipar esta noción de que todos los EAC decían que el microcrédito es malo y que no deberíamos hacerlo. Eso no es lo que dijeron. Lo que dijeron es que el microcrédito importa, pero se lo está comercializando y los donantes deben pensar detenidamente dónde ponen su dinero, invirtiéndolo en formas que sabemos tienen un mayor impacto. Porque el impacto sólo ocurre bajo determinadas circunstancias.

Como donantes, tenemos que ser más inteligentes sobre cómo estamos comprando ese impacto. Estamos gastando 10 mil millones de dólares al año en inclusión financiera en África, ¿y qué nos está comprando eso? Necesitamos empezar a obtener más por nuestro dinero en estos mercados. 

FinDev: ¿Qué quieres decir con obtener más por nuestro dinero?

Greta: Por ejemplo, si ofrecemos garantías de primera pérdida en carteras de préstamos, ¿qué obtenemos a cambio del hecho de que el riesgo para ese prestamista se reduce, a veces de manera significativa? Si las políticas del entorno son correctas y Kenia está explorando políticas de medidas al respecto, entonces las entidades de crédito deberían poder reducir sus precios porque su costo de riesgo es menor. Necesitamos encontrar maneras de que nuestra financiación sea catalítica, de modo que no sólo estemos ayudando a que el director ejecutivo de algún banco comercial grande evite una pérdida, sino que en realidad obtengamos un impacto real a cambio.

Incluso en un mercado muy avanzado como el de Estados Unidos, la creación de finanzas inclusivas no siempre funciona sobre una base puramente comercial; esto surge maravillosamente en el reciente documento de trabajo de Tim Ogden y Joyce Klein. Si realmente queremos desarrollar finanzas inclusivas que ayuden a construir economías, debemos empezar a pensar en esto de manera diferente. Necesitamos pensar en cómo los subsidios pueden ayudar a los proveedores a llegar a partes del mercado con ingresos más bajos y, a menudo, invisibles, de formas que no impongan una carga de riesgo indebida a la entidad de crédito y al mismo tiempo mantengan costos asequibles.

Considerar los subsidios para atender clientes de bajos ingresos y excluidos

FinDev: A menudo se ha considerado que el subsidio es una mala palabra en las microfinanzas, pero eso parece estar cambiando ahora, con su trabajo en la Fundación Bill y Melinda Gates, así como con otras investigaciones recientes, como el documento What Win-Win Lost: Rethinking Microfinance Subsidy in the Past and Designing for the Future de Tim Ogden y Jonathan Morduch. Sostienen que el modelo win-win de microfinanzas en el que todos ganan, en el que tanto los PSF como los clientes de bajos ingresos se benefician de este modelo comercial orientado a las ganancias, ha sido una narrativa falsa: Que debemos repensar el papel de los subsidios para este sector y aceptar la realidad de que son necesarios para atender a clientes pobres y excluidos. ¿Estarías de acuerdo?

Greta: Sí, absolutamente. Tenemos que ser más inteligentes y sí, tenemos que pensar en los subsidios. Subvencionamos esta industria en Estados Unidos. Tenemos hipotecas a tasa fija a 30 años porque el gobierno implícitamente subsidia esa estabilidad de tasas. Tenemos instituciones financieras de desarrollo comunitario que pueden financiarse a costa de la tesorería de los Estados Unidos. Contamos con fondos de préstamos especializados que dan incentivos a cosas tales como la inversión en energía limpia. En Estados Unidos, llevamos muchos años utilizando subsidios.

Entonces, ¿por qué pensamos que en África deberíamos otorgar préstamos a personas de muy bajos ingresos en condiciones puramente comerciales? El resultado que se obtiene es créditos digitales al consumo, porque de ellos se puede realmente obtener ganancias de forma totalmente comercial. La pregunta que haría en este caso sería: ¿El crédito digital al consumo es una forma adecuada de utilizar el subsidio del gobierno? Nosotros sostenemos que sería mejor utilizarlo para construir mercados crediticios sostenibles e inclusivos para que las mujeres puedan manejar negocios estables e invertir en crecimiento. Necesitamos pensar en el crédito como una herramienta que forma parte de una caja de herramientas mucho más grande para el alivio de la pobreza y el crecimiento, que es en lo que la mayoría de los gobiernos de los países africanos está enfocado en este momento.

Sabes, Asia Meridional y América Latina tuvieron suerte, ya que llegaron a este espacio temprano mientras los donantes todavía estaban dispuestos a hacer todo lo necesario para que esto funcionara. Creo que para cuando las microfinanzas comenzaron realmente a afianzarse en África, otras partes del mundo habían adoptado modelos más comerciales, lo cual nos llevó a pensar que los modelos comerciales también funcionarían en África. Pero el problema es que no hicimos primero todo lo necesario para construir el mercado para que eso funcionara. No puedes encontrar una institución que sea una cura mágica que resuelva todo por ti. Tienes que abordar esto en todo el ecosistema.

El problema que vemos con muchas entidades de financiamiento en este espacio es que existe una tendencia a equiparar el impacto con la cantidad de préstamos otorgados. Pero eso no es impacto. Eso es contar préstamos.

FinDev: ¿A quiénes crees que será más difícil convencer en términos de transformar estos ecosistemas y restablecer nuestra forma de pensar sobre todo este espectro de financiaciones que la gente necesita, desde las concesionales hasta las comerciales?

Greta: Creo que todos van a resultar difíciles de convencer. Pero, para ser honesta, creo que será más difícil con los bancos y las IFD (instituciones financieras de desarrollo) porque el sistema, tal como está estructurado actualmente, funciona muy bien para ellos. Por ejemplo, en África tenemos algunos de los bancos más rentables y al mismo tiempo los menos eficientes del mundo. 

El problema que vemos con muchas entidades de financiamiento en este espacio es que existe una tendencia a equiparar el impacto con la cantidad de préstamos otorgados. Pero eso no es impacto. Eso es contar los préstamos. Lo que no estamos haciendo es profundizar y ver qué efecto tuvieron esos préstamos en las empresas y los ingresos de las personas.

Por eso, me gustaría desafiar a las IFD y a los financiadores a que realmente rastreen y demuestren que están llegando, por ejemplo, a la mujer que vende tomates en el mercado o a la persona que dirige un taller mecánico en Kenia o a cualquier pequeña empresa. Porque si todo el dinero de las IFD y toda la asistencia técnica y el dinero de inclusión financiera que hemos estado gastando durante décadas estuvieran marcando una diferencia real, creo que ya la habríamos observado.

Algo tiene que cambiar y será necesario hacer las cosas de manera diferente. Será necesario transformar el sector financiero para que esto funcione y  reconocer que no todo se puede hacer en forma comercial. Vamos a necesitar cambios regulatorios y de políticas. Necesitaremos un intercambio de datos mucho mayor. Necesitaremos mejores instituciones, que sean capaces de diseñar y ofrecer productos que ofrezcan a sus clientes servicios significativos. 

Y se necesitarán entidades de financiamiento que estén dispuestas a impulsar a sus aliados hacia un mayor impacto en su trabajo de servicios financieros.

FinDev: ¿Crees que parte de la razón por la que podría ser difícil convencer a las IFD y a todos los demás, es que todavía estamos calculando el impacto? El CGAP, por ejemplo, ha lanzado su iniciativa para generar más evidencia sobre el impacto de las microfinanzas.

Greta: Mira, defíneme el impacto. ¿Es que le hiciste un préstamo a una mujer? Eso no es impacto. En realidad, yo creo que eso es un movimiento de salida. Entonces, ¿cuál fue el resultado de ese préstamo y cuál fue su impacto?

Tenemos ensayos aleatorios y controlados que dicen que los préstamos tienen impacto bajo determinadas condiciones y que los donantes deben enfocar sus esfuerzos en apoyar los préstamos impulsados ​​por el impacto. Entonces, ¿quién está impulsado por el impacto? Creo que las IMF genuinamente tienen el impacto como objetivo primario, pero se las ha dejado a su suerte en un mundo comercial y, para ser honesta, muchas de ellas han tenido dificultades en la era de la digitalización. Por otro lado, los bancos se ocupan principalmente de optimizar sus balances y las fintech están incentivadas a crecer, y eso es lo que deberíamos esperar de ellas. Es realmente importante comprender los incentivos de todos para determinar dónde colocar los dólares de los donantes. Y luego es necesario poder rastrear ese impacto. 

Si podemos resolver el problema para las mujeres, entonces creo que podemos resolver el problema para todo el ecosistema. Pero hay que empezar por las mujeres, porque es más difícil. Están obteniendo crédito en peores condiciones. En su mayoría habitan el ecosistema informal.

Abriendo un camino para las mujeres en el ecosistema crediticio

FinDev: Para que el capital esté disponible para las mujeres, dices que debemos enfocarnos en todo el ecosistema. ¿Por qué?

Greta: Este es un punto realmente importante. Las mujeres están sobrerrepresentadas en las estructuras informales de crédito y préstamo, y necesitan una vía para crecer y avanzar hacia otras oportunidades productivas. Entonces, ¿cómo se conectan estos diferentes ecosistemas? Si miras el documento, tenemos una escalera: mujeres a la izquierda, dinero a la derecha. ¿Cómo se hace para subir a las mujeres y bajar el dinero? Eso es lo que realmente estamos tratando de que suceda.

Tenemos que reconocer que las mujeres se encuentran en los extremos inferiores de estos segmentos. Las mujeres están en la economía rural. Todo el mundo dice que hay demasiadas microempresas en África. Yo digo que no hay suficientes microempresas en África. Lo que tenemos es demasiada gente, especialmente mujeres, que a duras penas se ganan la vida en parcelas agrícolas muy pequeñas.  De hecho, necesitamos más microempresas. Tenemos que empezar por dónde están las mujeres y tenemos que ofrecerles vías para que logren ser más productivas.

Parte de eso será el acceso a los mercados, que es otra parte de nuestra estrategia general de medios de vida. Pero también se trata del acceso al capital, que es nuestro enfoque en este documento técnico. Necesitamos tener disponibilidad de capital desde la nanoempresa más pequeña hasta las medianas y grandes empresas, si están dirigidas por mujeres. Pero las mujeres tienden a estar muy desfavorecidas en todos estos ecosistemas, por lo cual se agrupan en la parte inferior porque no encuentran un punto en el que afianzarse para ascender.

Si podemos resolver el problema para las mujeres, entonces creo que podemos resolver el problema para todo el ecosistema. Pero hay que empezar por las mujeres, porque es más difícil. Están obteniendo crédito en peores condiciones. En su mayoría habitan el ecosistema informal. Muchas de ellas pueden estar felices de estar allí, pero una proporción de ellas se beneficiaría si salieran de ese ecosistema y pudieran obtener préstamos individuales.

En este momento, no hay ninguna vía para que ellas puedan llegar allí.

FinDev: ¿Hacia dónde llevas este trabajo desde aquí? ¿Qué sigue?

Greta: Estamos construyendo puntos de prueba para demostrar que hay formas en que podemos mover este ecosistema. Y estamos construyendo alianzas que intentan abordar estos temas. Pero seamos honestos, este desarrollo llevó entre 20 y 30 años en lugares tales como Perú y la India. Esto no sucederá de la noche a la mañana. Éste es un viaje a largo plazo, por lo cual realmente estamos buscando compañeros de viaje que nos acompañen en este viaje. Y vamos a necesitar que venga la gente que tiene el dinero. Necesitaremos personas que gestionen el entorno normativo y de políticas. En esta combinación vamos a necesitar proveedores que prioricen el impacto. Y vamos a necesitar que los donantes se sienten a la mesa. Por eso estamos tratando de encontrar alianzas con compañeros de viaje que puedan ayudar a cambiar las cosas.

Especialmente para las mujeres, porque para las mujeres es más difícil.

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