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La vulnerabilidad financiera de las mujeres

Una historia de menores oportunidades socioeconómicas, financieras, y normas de género.
Dos mujeres miran a la cámara, una muestra su libro de ahorros, en Pahuatlan, Puebla, México.

Desde hace varios años el concepto de inclusión financiera se comenzó a ver como un medio no un fin último para alcanzar metas más amplias como son la salud y la resiliencia financieras. Es por ello por lo que la discusión actual asociada a promover la inclusión financiera de las personas se teje junto a los conceptos de capacidades, salud y resiliencia financieras. Numerosos y diversos son los reportes y documentos, así como bases de datos, que han mostrado la mayor vulnerabilidad financiera de las mujeres, en especial tras la pandemia COVID-19. Las mujeres son especialmente vulnerables a no poder cubrir los costes del día a día o a contar con fondos o acceso a mercados financieros ante imprevistos o emergencias.  La pandemia ejerció una presión adicional sobre los ingresos de los hogares y la capacidad de hacer frente a los gastos de emergencia, lo que puso de relieve la falta de inclusión de las mujeres en los sistemas financieros formales y las brechas de género entre ellas y los hombres.

Las brechas existen, persisten y crecen

La aparición de encuestas a nivel internacional o nacional de inclusión financiera han permitido medir las brechas y mostrar que estas existen y persisten, en especial para el caso de América Latina. Es esta la única región que ha mostrado un crecimiento de la brecha de género en la inclusión financiera y además presenta la mayor brecha en vulnerabilidad financiera. Mostrar las brechas y su persistencia no es un hecho menor, lo que no se mide no se ve o no existe. De ahí la importancia e insistencia en foros nacional e internacionales de la desagregación de datos financieros por género y por distintos tipos de mujeres en los países.

"Mostrar las brechas y su persistencia no es un hecho menor, lo que no se mide no se ve o no existe".

 

Ahora bien, sabemos que las brechas existen, que persisten ¿cuál es el siguiente paso?: Desarrollar medidas o intervenciones para aminorarlas o eliminarlas basadas en la evidencia, lo que pasa por analizar e investigar los determinantes de estas. Un estudio publicado recientemente y titulado: ¿Son las mujeres más vulnerables económicamente que los hombres? Una historia de oportunidades económicas perdidas de América Latina, trata de cumplir con este propósito en varios países de América Latina. ¿Qué tan vulnerables financieramente son las mujeres en América Latina? ¿Qué causa esta vulnerabilidad? ¿Cómo afectan la inclusión financiera, las características cognitivas y no-cognitivas y la educación financiera a la vulnerabilidad financiera?

¿Qué determina la mayor vulnerabilidad financiera de las mujeres en la región?

El estudio comienza proporcionando un panorama socioeconómico, financiero y normativo en términos de brechas de género para cada país, y realiza una completa revisión de literatura para familiarizar al lector con los resultados más recientes de la literatura en esta materia. A continuación, utilizando la Encuesta de Capacidades Financieras desarrollada por la OCDE/INFE y aplicada en la región por CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, el trabajo investiga y fundamenta un modelo para los determinantes de un índice de vulnerabilidad financiera en ocho países de América Latina: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Paraguay y Perú. Utilizando la metodología empírica conocida como descomposición de Oaxaca-Blinder, el trabajo establece en qué medida las brechas de género se deben a características individuales observables que diferencian a los hombres de las mujeres (variables socioeconómicas, inclusión y educación financieras), o si la brecha se debe a elementos que discriminan la participación de las mujeres en los mercados financieros formales.

El trabajo encuentra una brecha de género en la vulnerabilidad financiera, explicada en los ocho países principalmente por diferencias en las variables socioeconómicas, como pertenecer a una clase socioeconómica baja y no tener un ingreso regular,  algo que afecta especialmente a las mujeres. Aunque en menor medida, la brecha encontrada depende de elementos que podrían discriminar la participación de las mujeres en los mercados financieros formales, asociados a normas sociales de género que las mujeres enfrentan en los contextos sociales, económicos y otras esferas, así como la falta de normativa con lentes de género.

En los ocho países, se encuentra una gran heterogeneidad en otros factores que determinan la vulnerabilidad financiera, mostrando que, aunque pertenecen a la misma región, los países presentan diferencias en valores culturales, normas sociales, contextos políticos, estructura económica, por citar algunos, que afectan la vulnerabilidad de sus habitantes. A pesar de la variabilidad encontrada, el uso de productos de ahorro, la tendencia a planificar las compras, y el autocontrol en el gasto, las preferencias al riesgo y las habilidades numéricas también explican la mayor resiliencia financiera.

Implicaciones de política para disminuir la brecha de género y promover la resiliencia financiera

El estudio concluye con un amplio abanico de intervenciones para promover la resiliencia financiera de la población, y en particular para el caso de las mujeres.  Las intervenciones para reducir la vulnerabilidad financiera deben abordar, ante todo, las condiciones socioeconómicas : las personas con bajos ingresos siempre serán financieramente más vulnerables. Habida cuenta de las importantes diferencias entre los hombres y mujeres, es preciso redoblar los esfuerzos para reducir esas diferencias en materia de educación, empleo y normas sociales.

Aunado a lo anterior, en materia de inclusión financiera el uso de productos de ahorro formales sobresale como un elemento primordial para paliar la vulnerabilidad financiera , toda vez que el ahorro formal continúa siendo habitual en la región y en particular en el caso de las mujeres. Los programas que promuevan las capacidades financieras pueden ser también efectivos, sustancialmente si incluyen en sus contenidos elementos que promuevan las capacidades numéricas, la tendencia a planear y el autocontrol, así como las bondades y buen uso de los productos formales de ahorro.

Esperamos que estos resultados inspiren la mayor realización de este tipo de trabajos, los cuales visualizan la importancia de desarrollar intervenciones para eliminar las brechas de género transversales a otros ámbitos y basadas en la evidencia empírica, no en supuestos sobre lo que las mujeres necesitan o no financieramente. 

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JAVIER MARTÍNEZ MORALES , UACH, MÉXICO
14 Julio 2023

Buen artículo, en ejercicios de investigación, un colega y un servidor estamos midiendo brechas de género y de población vulnerable a través de inclusión financiera como variable dependiente y variables socioeconómicas, demográficas como independientes, así como, variables financieras.

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