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Los datos de libre acceso y el futuro de la banca

Los nuevos sistemas para intercambiar datos y flexibilizar pagos pueden impulsar innovaciones y ofrecer a los clientes de bajos ingresos mejores productos y más opciones.
Mujer usando su teléfono inteligente. Por Avishek Das, Concurso de Fotografía CGAP 2017.

Una vendedora ambulante en las calles de Nairobi abre su teléfono celular y comparte sus transacciones más recientes en M-PESA y Equity Bank con una aplicación presupuestaria. Utiliza la aplicación para programar los pagos de acuerdo con su flujo de efectivo, asegurándose de que sus facturas se paguen a tiempo. Un electricista que desarrolla su actividad en la economía del trabajo esporádico (gig economy) en Mumbai realiza una búsqueda para encontrar una póliza de seguro que proteja a su familia. Le indica a Google Pay que comparta información sobre sus ingresos con una compañía de seguros para establecer sus objetivos en materia de cobertura y, luego, fija los pagos de la prima en forma automática en consonancia con su flujo irregular de ingresos. En Medellín, un obrero de la construcción y su esposa costurera dan instrucciones a una aplicación para que comparta la información sobre sus salarios e ingresos combinados con posibles prestamistas a fin de encontrar una hipoteca asequible que les permita comprar un apartamento pequeño para su familia.

Los nuevos sistemas para intercambiar datos y flexibilizar los pagos pueden impulsar innovaciones al liberar el acceso a los datos de los consumidores, que ahora están en poder de empresas de pagos, bancos y otras instituciones financieras.

A nivel mundial, un número cada vez mayor de personas de bajos ingresos está ingresando al sistema financiero formal pero aún no aprovecha plenamente el valor de los servicios financieros. Los nuevos sistemas para intercambiar datos y flexibilizar los pagos pueden impulsar innovaciones al liberar el acceso a los datos de los consumidores, que ahora están en poder de empresas de pagos, bancos y otras instituciones financierasTWEET , como lo indican estos ejemplos. En combinación con la capacidad para dar instrucciones de pago, estos cambios permiten que actores responsables diseñen diversos productos y servicios nuevos que son más competitivos, brindan a los clientes más alternativas financieras a puntos de precio más bajos y se adaptan mejor a sus necesidades concretas. La utilización más abierta de los datos y los pagos puede beneficiar a millones de personas de bajos ingresos que entran al sistema financiero formal, así como mejorar su capacidad para participar en la economía real.

Sin embargo, la misma estructura que encierra la promesa de aumentar la inclusión y el crecimiento también introduce nuevos peligros. El intercambio de la información de los clientes entre múltiples actores incrementa el riesgo de uso indebido de sus datos y expone a muchos millones de personas a recibir ofrecimientos inadecuados. Las personas pobres tienen menos activos y es más probable que sean analfabetas funcionales o financieras; en consecuencia, suelen ser especialmente vulnerables a la explotación. La innovación irrestricta, por sí sola, no bastará para elaborar sistemas que incluyan a millones de pobres, también se requerirán medidas proactivas y diálogo entre actores del sector público y del sector privado para dar forma a nuevos sistemas para el intercambio de datos y los pagos.

A efectos de maximizar las posibilidades de brindar servicios financieros inclusivos y responsables, consideramos que tres elementos de diseño son esenciales, a saber:

  • Bases de datos amplias y diversas que recaban información de los bancos y también de un abanico de actores que interactúan con los pobres.
  • Centros de agregación de datos que permiten a consumidores y usuarios de datos gestionar fácilmente la obtención de autorizaciones.
  • Terceros que pueden iniciar solicitudes de pago en forma directa desde un banco en nombre de sus clientes.

En conjunto, estos tres elementos sientan las bases necesarias (si bien no suficientes) para crear un sistema satisfactorio de datos de libre acceso y pagos flexibles que beneficia a las personas en todos los niveles de la sociedad.

Si estos principios resultan familiares se debe a que nos inspiramos en los nuevos sistemas que están surgiendo en Europa, México y la India, entre otros países. Para promover la competencia en la banca minorista en el Reino Unido, la Autoridad de Competencia y Mercados exigió (PDF, en inglés) a los principales bancos del país que permitieran el libre acceso a sus datos y los compartieran. En un estudio reciente (i) realizado por la Autoridad de Conducta Financiera del Reino Unido se señala que la medida podría abrir la puerta a más competencia y modelos de negocios innovadores, lo que permitiría prestar mejores servicios a los clientes, como soluciones de pago menos costosas, herramientas de presupuestación y manejo del dinero basadas en los datos de los clientes y la posibilidad de que los clientes opten con facilidad por nuevos proveedores. En términos más generales, la Unión Europea aprobó recientemente la Directiva sobre Servicios de Pago 2 (PSD2), (i) que obliga a los bancos a compartir los datos. Los datos se comparten a través de interfaces de programación de aplicaciones (API), que son aplicaciones de software que permiten a sistemas informáticos diferentes comunicarse entre sí, intercambiar datos y realizar una tarea en forma conjunta. De esta manera, los consumidores pueden compartir sus datos bancarios con otras partes e iniciar pagos desde su banco a través de aplicaciones de terceros. En Canadá, (PDF, en inglés) Australia (i) y Brasil se están llevando a cabo medidas similares para abrir la banca y los sistemas de pagos.

En México, la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera, sancionada en 2018, establece requisitos en materia de intercambio de datos entre todas las entidades del sector financiero, y las modificaciones que se incorporarán próximamente en el sistema nacional de pagos permitirán la iniciación de pagos por terceros. La India ha avanzado un paso más al establecer un sistema de pagos abierto en la National Payments Corporation de la India (NPCI), que se denomina Interfaz Unificada de Pagos (UPI). Recientemente, el Gobierno de la India creó un nuevo tipo de institución para el intercambio de datos financieros de los clientes, y lo llamó agregador de cuentas.

Estos países proporcionan información temprana sobre el modo en que funcionarían estos sistemas de datos y pagos abiertos. Sobre la base de su experiencia, consideramos que existe un enorme potencial para que las economías emergentes incorporen en su diseño estos tres principios a fin de establecer mercados financieros dinámicos que promuevan el crecimiento inclusivo. A continuación, examinaremos cada uno en detalle. 

Datos abiertos

 Datos de libre acceso: datos financieros proporcionados a partir de un amplio espectro de fuentes

En las economías en desarrollo poco bancarizadas, será necesario recurrir a muchas otras fuentes, y no solo a los bancos, para obtener los datos de los clientes. En estos países, los bancos tienen relativamente pocos clientes, y muchos de ellos tienen saldos bancarios limitados y carecen de relaciones financieras profundas. Los sistemas de datos abiertos deberán recurrir a un abanico más amplio de empresas que tienen una base de clientes mucho más extensa. Entre ellas, deben incluirse los emisores de dinero electrónico (EDE), que generalmente tienen un alcance marcadamente mayor en los segmentos más pobres, gracias a sus estructuras de costos más bajos. Por ejemplo, bKash, en Bangladesh, ha abierto casi 30 millones de cuentas en un mercado en el que los bancos más grandes tienen menos de 1 millón de cuentas de clientes. Los proveedores de servicios de pago, como Stripe o Visa, también deben contribuir a la base de datos debido a que procesan enormes volúmenes de datos. La nueva Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera de México es un buen ejemplo de las medidas que se pueden adoptar para ampliar la oferta de datos. En su marco, se impone la obligación de intercambiar datos a los bancos, los proveedores de servicios de pago, las cooperativas de crédito, los proveedores de seguros, las empresas de envíos de dinero y las empresas de tecnofinanzas autorizadas.

La utilización de los datos generados por un amplio espectro de empresas proporcionará más datos a los clientes, que cada uno podrá usar y aprovechar para tener acceso, incluso, a un mayor número de servicios. Si muchas empresas financieras estuvieran sujetas a la obligación de compartir los datos, se podría generar la masa crítica que es necesaria para posibilitar la innovación. Además, se lograrían otros beneficios. En primer lugar, la medida permitiría disipar las inquietudes de los proveedores de servicios financieros existentes, quienes temen que otros actores se beneficiarán injustamente al aprovechar el sistema para tener acceso a los datos de los bancos tradicionales. En segundo lugar, se podrían abordar, en parte, las inquietudes respecto del carácter monopólico de las grandes empresas tecnológicas, como Google, Alibaba y Facebook, entre otras, que les permitiría asumir una posición dominante en el mercado a través de su exclusivo control de los datos de los clientes, dado que esos actores también deberían aportar datos sobre los servicios financieros. Es importante señalar que los proveedores de los datos también se podrían beneficiar mediante la elaboración de nuevos servicios financieros basados en más datos sobre los clientes.

Existe, incluso, un fundamento lógico para ampliar la oferta de datos más allá de las finanzas a fin de incluir los datos de las empresas de telecomunicaciones o los pagos de servicios públicos. Esto aportaría más valor, potencialmente, pero también ubicaría el intercambio de datos fuera de la órbita exclusiva de la política del sector financiero. Por lo tanto, es probable que en muchos países constituya una aspiración a largo plazo, en vez de una posibilidad práctica a corto plazo.

Acceso a datos   

Acceso a los datos: punto único de consentimiento entre varias fuentes de datos

El intercambio de datos entre múltiples proveedores podría ser caótico y abrumador si los consumidores tuvieran que prestar consentimiento cada vez que se utiliza alguna información de su cuenta, o si debieran presentar historiales de datos a múltiples proveedores para obtener la mejor cotización de productos y servicios financieros. Por otra parte, las medidas para revocar el consentimiento o recuperar los datos proporcionados a múltiples proveedores serían aún más engorrosas. Por el contrario, los consumidores deberían tener la potestad de autorizar el uso de sus datos en un único lugar y a través de un solo canal de autorización que permita transferir la información financiera pertinente proveniente de diversas fuentes en un único paquete a una aplicación, un proveedor de servicios financieros o un tercero, según sea necesario. Por ejemplo, la pareja de Medellín que deseaba comprar una vivienda podría autorizar el acceso de la aplicación de hipotecas a su información financiera a través de una sola solicitud. Esto sería muy conveniente para los consumidores, y permitiría un importante ahorro en los costospara los usuarios de datos.

Un ejemplo inicial de esta función son los agregadores de cuentas (i) de la India. Los clientes permiten el acceso de estas nuevas entidades a múltiples fuentes de su información financiera proveniente de diversas instituciones (bancos, corredores, empresas de seguros, etc.), y luego a compartirla cuando ellos lo soliciten. Los agregadores de cuentas actúan como conductos por los que circulan los datos con facilidad, pero no pueden almacenarlos ni usarlos por su cuenta. El beneficio adicional que reciben los usuarios de los datos es que solo deben efectuar una única solicitud para tener acceso al conducto a fin de recibir un amplio espectro de datos.

Pagos abiertos

Sistema de pagos abierto: muchos terceros pueden iniciar solicitudes de pago

Con mucha frecuencia, en los mercados desarrollados y menos desarrollados existen bancos que ejercen históricamente el control de los pagos. A menudo, esto genera costos, demoras y atascamientos que menoscaban la capacidad de los consumidores para usar sus propios fondos y, por lo tanto, impiden el acceso a mejores servicios fuera de su propio banco. Nos hemos referido anteriormente a la interoperabilidad (i) y la importancia de transferir el dinero a través de un amplio espectro de bancos y cuentas móviles. No obstante, los sistemas de pagos deben ir más allá de la interoperabilidad y garantizar que un espectro aún más amplio de terceros, aunque no sean participantes directos en sistemas interoperables, también puedan ayudar a los clientes a iniciar pagos.

Como ejemplo cabe citar a Facebook Messenger, en Filipinas, que brinda la posibilidad de efectuar pagos desde cuentas mantenidas en algunos proveedores de dinero electrónico. Los clientes pueden dar instrucciones a Facebook Messenger para que efectúe un pago desde su cuenta en un emisor de dinero electrónico. El EDE realiza la transferencia a través de una integración con Messenger. En forma similar, en la India, NPCI ha abierto su sistema a instituciones no bancarias a través de una sola integración denominada UPI, que permite a Google Pay y BHIM, una aplicación de un tercero local, iniciar pagos desde más de 100 bancos. Desde su lanzamiento hace dos años, Google Pay (i) (anteriormente, Tez) ha registrado, cada mes, más de 60 millones de usuarios activos de pagos digitales en toda la India.

En México, un nuevo mecanismo denominado CoDi, que entrará en funcionamiento en el otoño de 2019, permitirá que las empresas de tecnofinanzas no bancarias se conecten directamente al Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI) en tiempo real e inicien pagos entre cuentas bancarias. Aunque los pagos se efectúan desde la cuenta bancaria del consumidor, la empresa de tecnofinanzas y el consumidor no tienen que recurrir al banco para que este inicie la transacción.

En los mercados más desarrollados, la apertura de la infraestructura de pagos también está cobrando impulso y el Banco de Inglaterra ha permitido que las instituciones no bancarias participen directamente (i) en su Sistema de Liquidación Bruta en Tiempo Real (RTGS). Al ampliar el acceso, el costo de la transferencia de dinero debería bajar considerablemente. Por cierto, tanto la UPI en la India como CoDi en México aspiran a reducir en forma drástica el costo de los pagos, tal vez incluso a cero, haciendo que los pagos sean parte integral de una infraestructura de servicios públicos disponible prácticamente para todos los habitantes del respectivo país.

No solo bajarían los costos de transacción, los cambios impulsarían innovaciones digitales en la economía real al permitir que muchos otros actores ofrezcan servicios más atractivos. Por ejemplo, imaginemos una empresa que organiza servicios de mucama a través de una plataforma en línea. Los pagos al personal contratado se podrían realizar con más rapidez y eficiencia si, una vez que la mucama termina un trabajo, la plataforma solicita en forma automática que el pago se deposite directamente en la cuenta de la trabajadora temporaria. La rapidez de los pagos permite que la trabajadora gestione con más facilidad su flujo de efectivo y también crea los registros de datos que más adelante le permitirán acceder a una línea de crédito para su floreciente negocio.

Los sistemas abiertos favorecen la inclusión financiera

Es útil analizar el modo en que un sistema nuevo, como este, combate muchos de los obstáculos estructurales del sistema financiero que siguen excluyendo a un gran número de personas pobres en los mercados emergentes. Un impedimento persistente es el elevado costo de la banca tradicional. Los consumidores de ingreso bajo mantienen saldos muy pequeños en sus cuentas y, por lo tanto, generan muy pocos ingresos para la actividad bancaria, a menudo menos de USD 10 al año. Dado que la adquisición de un nuevo cliente tiene para los bancos un costo de entre USD 20 y USD 30, que abarca la comercialización, la diligencia debida del cliente, la apertura de la cuenta, etc., prestar servicios a los segmentos más pobres resulta insostenible. Los proveedores también enfrentan costos onerosos para la prestación de servicios cuando las poblaciones están dispersas en zonas muy distantes unas de otras. Cuando no se conocen cabalmente los medios de subsistencia de estos clientes, resulta difícil concitar su interés u ofrecerles servicios atractivos.

El proceso de buscar consumidores y convertirlos en clientes puede ser mucho más eficiente cuando se dispone de sistemas de datos y pagos abiertos.

El proceso de buscar consumidores y convertirlos en clientes puede ser mucho más eficiente cuando se dispone de sistemas de datos y pagos abiertos.TWEET Por ejemplo, un cliente que desea adquirir una motocicleta y pagarla en cuotas semanales puede autorizar al prestamista para que acceda a los datos en su cuenta de transacciones. El prestamista examina la frecuencia de los pagos de servicios públicos para evaluar el riesgo crediticio del cliente y combina los datos con la información suministrada por el proveedor, como por ejemplo si se trata de un modelo de motocicleta sólido y de bajo costo para principiantes y si puede transportar carga liviana, así como el lugar donde está situado su local, a fin de establecer condiciones de préstamo que sean adecuadas para una persona que no tiene antecedentes crediticios. De esta manera, el prestamista puede adquirir un cliente sin incurrir en gastos elevados para encontrarlo. Además, brindar este servicio a los consumidores en la economía real puede ser un medio para ofrecerles una gran variedad de servicios financieros complementarios.

Los datos de las transacciones también se pueden usar para adaptar las ofertas de préstamo a las circunstancias individuales. Un emprendedor que maneja un puesto de venta de comida en la vía pública, por ejemplo, usa su cuenta de dinero móvil para comprar carne y vegetales. Esto genera un registro con una gran cantidad de datos de transacciones. A él le gustaría ampliar su horario de trabajo, pero necesita un préstamo para comprar más alimentos. En su caso, sería beneficioso un préstamo que se pueda amortizar gradualmente mediante cuotas que representen un porcentaje de las ventas reales, método que es utilizado por Kopo Kopo Grow (i) en Kenya. Los algoritmos de clasificación pueden usar el historial de las transacciones de un cliente y combinarlo con diversos tipos de datos a fin de permitir que el prestamista evalúe los riesgos y fije el precio de ese préstamo de manera más eficiente. Y si el cliente reembolsa el dinero en el debido tiempo, el prestamista puede recompensarlo en el futuro ofreciéndole tasas de interés más bajas. Un análisis de la estructura de costos de la banca en África realizado por el CGAP y McKinsey en 2015 (PDF) reveló que la incorporación del análisis de los datos y la automatización en los préstamos de los proveedores de servicios financieros existentes permitía reducir los costos operativos en al menos un 25 %.

Estos ejemplos ilustran el modo en que los sistemas de datos abiertos benefician a las personas pobres a través de costos más bajos y productos y servicios más pertinentes. Los servicios financieros que permiten a los clientes de bajos ingresos invertir en sus negocios, adquirir más insumos, protegerse contra los riesgos y gestionar con facilidad sus recursos financieros, amplían la medida en que esos clientes participan de manera productiva en la economía real. Este es el tipo de inclusión económica ascendente que se puede activar a través de un sistema de datos y pagos abierto.

Se requiere prudencia al momento de formular las políticas

A pesar de las numerosas ventajas que se derivarían de los nuevos sistemas, la implementación puede plantear grandes desafíos y generar nuevos riesgos. Los nuevos sistemas de datos y pagos requerirán planificación, y las soluciones de diseño no pueden quedar exclusivamente en manos de empresas de tecnofinanzas o innovadores. Varios países están abordando estas cuestiones de maneras diferentes. Los desafíos incluyen lo siguiente:

  • ¿Las API se deberían estandarizar? Si cada proveedor de servicios financieros diseñara una API y protocolos que requieren múltiples integraciones complejas, los beneficios de los sistemas abiertos se reducirían considerablemente. La situación sería similar a lo que ocurría en las primeras épocas del ferrocarril, cuando las empresas construían anchos de vía diferentes. En el Reino Unido (i) y México, se están adoptando medidas para estandarizar el intercambio de datos a fin de garantizar un enfoque homogéneo. La India ha avanzado un paso más al establecer un sistema central, la UPI, que brinda acceso a más de 100 bancos a través de una sola integración.
  • ¿Los Gobiernos deberían establecer sistemas de datos de libre acceso y pagos abiertos en forma obligatoria? Mientras que los responsables de la formulación de políticas de Europa y México están impulsando cambios a través de legislación, en otros países las empresas privadas perciben que la apertura de sus API les aporta valor comercial y están adoptando medidas por su cuenta (véase La labor del CGAP en materia de API abiertas). (i) En Japón, varios bancos, impulsados por una ley sancionada en junio de 2018 para promover la banca abierta, han adoptado API abiertas para brindar servicios de información sobre cuentas a terceros. Para mediados de 2020, se prevé que aproximadamente 130 bancos autorizados, de los 140 principales, se incorporarán (i) al sistema. No se puede esperar que exista ese nivel de participación privada en todos los países, pues es probable que los bancos involucrados, que históricamente han recopilado más datos sobre los consumidores, sean reacios a compartirlos. En muchos países, es posible que para impulsar los avances solo se requiera una ligera presión normativa, sin que ello entrañe necesariamente una plena obligación.
  • ¿Cómo deben gestionarse los riesgos en materia de seguridad cibernética? Cuando múltiples fuentes de datos de clientes fluyen a través de un conducto y llegan a un amplio espectro de proveedores de servicios, se generan nuevas vulnerabilidades. Los proveedores deben concertar estándares en materia de seguridad y protección de datos. El flujo de datos entre las múltiples partes que utilizan la infraestructura debe estar sujeto a protocolos comunes de encriptación y seguridad.
  • ¿Cómo proteger a los consumidores contra los abusos relacionados con los datos? El uso indebido de los datos se puede abordar, en parte, mediante leyes y reglamentaciones. Consideremos el caso de un proveedor que ofrece un simple servicios de compensación de cheques y obtiene el consentimiento de un consumidor para visualizar sus transacciones y posiciones financieras corrientes. Posteriormente, ese proveedor de servicios monetiza los datos de algún otro modo para ayudar a un proveedor de seguros a crear y vender un producto que el consumidor nunca tuvo intención de adquirir. A efectos de brindar protección contra estos riesgos de uso indebido, que menoscaban la confianza de los consumidores, se debería establecer que los proveedores solo pueden usar los datos para los fines concertados con el consumidor. En un informe de próxima aparición, nuestros colegas David Medine y Gayatri Murthy explican que esta limitación al “propósito legítimo” puede tener el efecto de ayudar a los consumidores y, al mismo tiempo, propiciar el crecimiento del uso de los datos.

Aunque los datos brindan la posibilidad de reducir los costos de los servicios financieros e introducir nuevos modelos para hacer negocios que ofrecen oportunidades económicas a las personas pobres, también debemos ser plenamente conscientes de que ese mismo acceso se puede usar para excluirlas en forma sistemática. Ya sabemos cómo en los países desarrollados los bajos ingresos, las enfermedades previas o las condiciones preexistentes se pueden usar para excluir a las personas del crédito o los seguros que necesitan. En los países en los que los estereotipos de género impiden que las mujeres asuman un papel activo en la gestión de los recursos, los datos se pueden usar para reforzar la exclusión en lugar de eliminarla.

Debemos emprender un diálogo para establecer, de manera deliberada, qué nos proponemos crear y, el diseño de los sistemas de datos y pagos abiertos, debemos incorporar principios que reflejen valores como la inclusión y el empoderamiento.TWEET El CGAP promueve el crecimiento equitativo y de base amplia. Para alcanzar ese fin, debemos redoblar nuestros esfuerzos para lograr que estos valores y estas prioridades se incorporen en el establecimiento de los nuevos sistemas. Si alcanzamos nuestro objetivo, estos sistemas pueden convertirse en importantes motores del progreso humano. Planificando de antemano, podemos lograr que la incorporación de las tecnologías que modifican los datos y los pagos se lleve a cabo de manera de generar un futuro en el que las personas de bajos ingresos, en lugar de ser víctimas de un nuevo orden económico, tengan la posibilidad de aprovechar las oportunidades y las protecciones que les permitirán prosperar, tanto a ellas como a sus familias.

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