Blog del FinDev

Qué necesita saber sobre la última edición de Global Findex

Los datos de Global Findex 2017 muestran un progreso global en el acceso a los servicios financieros, pero también los desafíos para llegar a los grupos marginados y aumentar el uso.
Pescador. Por Antonio Aragon Renuncio, Concurso de Fotografía CGAP 2016.

La tercera edición de Global Findex (i) se presentó con bombos y platillos durante las Reuniones de Primavera del Banco Mundial. Y con toda razón. Este conjunto de datos que se espera con mucho interés constituye el mejor indicador de la inclusión financiera en el mundo por el lado de la demanda. Findex, cuyos datos se encuentran disponibles cada tres años [desde 2011], muestra de manera convincente los avances que hemos logrado en el acceso a los servicios financieros en los últimos seis años, y también ilustra los desafíos que enfrentamos para reducir la brecha de acceso entre los grupos marginados y para aumentar el uso de dichos servicios. La base de datos no nos entrega información si los servicios financieros benefician a los pobres y en qué medida lo hacen, ni sobre cómo medir y mitigar posibles riesgos de deterioro, o qué necesita analizar nuestra comunidad a medida que más personas obtienen acceso a servicios financieros.

Se avanza en materia de acceso, pero persisten las brechas de género

Findex muestra progresos notables en el acceso a los servicios financieros de los pobres en todos los países en desarrollo. Según la base de datos, 515 millones de adultos alrededor del mundo abrieron una cuenta entre 2014 y 2017. India tuvo un desempeño sobresaliente en 2017. Alrededor del 80% de la población del país tiene ahora una cuenta en una institución financiera en comparación con el 53% en 2014. En India disminuyó también la brecha de género de 20 puntos porcentuales a 6 puntos porcentuales. En África al sur del Sahara se continúan registrando avances notables: en 10 países de la región el acceso alcanzó al menos el 50% y en cuatro este porcentaje superó el 65%. Incluso se produjeron progresos en mercados difíciles como la República Democrática del Congo, Liberia, Malawi y Malí.

Tal como lo señalaron Asli Demirgüç-Kunt y Leora Klapper en una entrada de blog publicada por el Banco Mundial  pese a los avances en el acceso de las mujeres a los servicios financieros en mercados como India e Indonesia, la brecha de género a nivel mundial se mantiene invariable en 7 puntos porcentuales. En algunos países, las bajas tasas de acceso de las mujeres disminuyen el promedio nacional de manera considerable. Por ejemplo, Pakistán podría llegar a tener una tasa de acceso de 21% a nivel nacional si más del 7% de las mujeres estuviesen bancarizadas. Por su parte, Bangladesh logró avances extraordinarios en materia de inclusión en general, pero en su mayoría entre los hombres: la brecha de género subió de 9 puntos porcentuales a 29 puntos entre 2014 y 2017.

También se han obtenido progresos en las zonas rurales. El porcentaje de hogares rurales que tienen una cuenta aumentó de 44% en 2011 a 66% en 2017. Lo anterior se debió en gran medida a cambios importantes en China (de 58% a 78 %), India (de 33% a 79%) y África al sur del Sahara (de 19% a 39%). Esto es importante, pero claramente aún queda mucho por hacer, en particular en África al sur del Sahara, donde alrededor del 75% de la población vive en zonas rurales. Como en muchas cosas, Kenya lleva la delantera en la región. En este país, los hogares rurales que tienen una cuenta aumentaron de 38% a 81% entre 2011 y 2017, en gran parte gracias al fácil acceso a los servicios de dinero móvil.

Conteste las preguntas del “Desafío del Portal”.

Conteste las preguntas del “Desafío del Portal” y ponga a prueba sus conocimientos.

De manera importante, Findex nos permite vincular los progresos con las opciones en materia normativa. CGAP publicará próximamente un informe sobre los facilitadores básicos de los servicios financieros digitales, (i) específicamente los agentes, los emisores no bancarios de dinero electrónico, las políticas sobre “conocer al cliente” por etapas y basadas en el riesgo, y las medidas adecuadas de protección de los consumidores. En general, Findex muestra que los países con regulaciones adecuadas para los agentes, el dinero electrónico y el conocimiento del cliente por etapas registraron mejoras considerables en materia de acceso. Además, el rápido progreso registrado en mercados que hacen uso de los pagos del Estado a individuos, como India, Mongolia e Irán, muestra que una mayor variedad de opciones normativas puede cumplir una función en los cambios en materia de acceso. Esta nueva evidencia debería alentar a los Gobiernos a adoptar aquellos tipos de políticas que mejoran el acceso.

El uso va a la zaga del acceso

También están surgiendo datos esenciales en relación con el uso de los servicios financieros. Curiosamente, se correlacionan con los datos mundiales por el lado de la oferta generados por la Asociación GSM (GSMA).

El uso sigue estando regazado, en particular en mercados que han dado pasos enormes en cuanto a acceso. Si bien India tuvo un desempeño sólido en materia de acceso, aún tiene problemas en términos de uso: el 48% de las cuentas registradas permanecen inactivas. En África, el crecimiento de las tasas de actividad durante 90 días de las cuentas de dinero móvil ha sido también más lento que lo que la mayoría quisiera. La Asociación GSM calcula que estas han aumentado de 26% en diciembre de 2012 a solo 36% en 2017. Pero estas cifras subestiman la tendencia general positiva en las tasas de uso. Según el informe de 2017 de la GSMA sobre la situación de la industria y el dinero móvil, el denominador de las cuentas registradas en ambos casos aumentó rápidamente: 27 puntos porcentuales en India desde 2014 y 25% en 2017 solo en el caso del dinero móvil en África. Dado que es menos probable que las cuentas nuevas se usen, esto indica que las tasas subyacentes de uso pueden ser mejores que lo que creemos. Al mismo tiempo, señala que un desafío central para los operadores en el futuro es aumentar el uso.

Sabemos también, a partir del informe de la GSMA, que un número mayor de casos de uso en una plataforma ya existente mejora el uso. Los datos de la GSMA muestran que la cantidad de casos de uso, además de los casos de persona a persona, las recargas de minutos de llamadas y los flujos de depósito y retiro, está aumentando poco a poco e incluyen desembolsos, pagos a comerciantes y pagos de facturas. Findex confirma esto, pero también muestra cuánto más debemos hacer para digitalizar los pagos completamente. La cantidad de personas en los países en desarrollo que hicieron o recibieron un pago digital el pasado año creció de 32% en 2014 a 44% en 2017. Por lo que sabemos que la gente está usando cada vez más las cuentas digitales para efectuar pagos.

Para unos pocos casos de uso fundamentales, Findex muestra que ha habido una transición gradual del dinero en efectivo a los pagos digitales. Por ejemplo, el 53% de los encuestados en los países en desarrollo pagó la factura de un servicio en 2017, el 27% envió o recibió remesas internas, el 19% recibió un pago del Gobierno y el 15% recibió un pago agrícola. Para todos estos casos de uso, la proporción de las personas que usa cuentas para realizar pagos subió de manera considerable, y el porcentaje que usa dinero en efectivo bajó en todas partes. Seguir fomentando la transición del dinero en efectivo a diversos casos de uso ayudará a aumentar las tasas generales de uso de los servicios financieros digitales.

No obstante, hay espacio considerable para mejorar. En cada uno de estos casos de uso, la proporción actual de personas que usa cuentas es aún relativamente baja, pero está aumentando. El 28% de aquellos que pagaron una factura de un servicio en los países en desarrollo lo hizo a través de una cuenta (15% en 2014). Ese porcentaje llegó a 46% para quienes enviaron o recibieron remesas (30% en 2014), 65% para aquellos que recibieron pagos gubernamentales (59% en 2014) y 18% para quienes recibieron pagos agrícolas (8% en 2014). Claramente, los Gobiernos están avanzando al permitir que las personas usen cuentas para recibir pagos, pero se puede mejorar mucho más, al igual que en los otros casos de uso.

¿Qué significa esto para los pobres?

Como comunidad, necesitamos aún tener una respuesta mejor con respecto a las maneras en que el acceso a los servicios financieros beneficia a las personas pobres, ya sea a través del uso directo de servicios financieros o porque los servicios financieros permiten a dichas personas obtener acceso a otros servicios básicos, como electricidad, agua potable, salud y educación. La comunidad de investigadores ha generado datos centrales útiles, en particular sobre pagos y ahorro, pero estamos muy lejos de contar con un panorama completo, en particular respecto del crédito que es el servicio financiero que impulsa la rentabilidad de la mayoría de los proveedores. Si bien es posible que para medir el bienestar se necesite un análisis de impacto separado que establezca la causalidad, hay muchas cosas relacionadas con el bienestar que podemos evaluar: por ejemplo, ¿estos productos son perjudiciales?

En un reciente viaje a Kenya, observamos que existía la inquietud generalizada acerca del surgimiento de una posible burbuja del crédito digital. La investigación de CGAP confirma este hecho. En Tanzanía, llevamos a cabo una encuesta telefónica representativa a nivel nacional sobre el crédito digital (PDF, en inglés) y descubrimos que la mitad de los prestatarios digitales se había atrasado en los pagos de los préstamos, y un tercio no había pagado. Es necesario ayudar a los Gobiernos a monitorear y corregir los riesgos en torno a los servicios financieros que están cada vez más disponibles para los pobres, de manera de mejorar la capacidad de los proveedores de suministrar servicios financieros responsablemente y ayudar a los consumidores a comprender mejor los productos financieros que usan y las consecuencias de la morosidad.

He trabajado en el sector de la inclusión financiero durante 18 años, y nunca había visto los tipos de avances en materia de acceso que hemos observado en la última década. Es una época muy interesante para participar en el ámbito de la inclusión financiera. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer para llegar a los grupos marginados, mejorar las tasas de uso en todas partes y garantizar que los servicios financieros se provean de manera sólida y sostenible. En CGAP esperamos con interés trabajar con nuestros asociados para continuar este camino.

Escriba un comentario

Los comentarios en esta página son moderados por los editores del Portal FinDev. Agradecemos enviar solo comentarios relacionados con la publicación. Comparta su conocimiento con nosotros. Aprenda más.