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Sin inclusión financiera: Tres formas en las que los peruanos se ven afectados por el uso exclusivo del efectivo

La cuarentena ha expuesto de forma muy cruda la precariedad de las personas excluidas financieramente. El Perú es uno de los países emergentes con la menor inclusión financiera dado su nivel de ingreso. La consecuencia es que la gran mayoría de personas vive en una economía dominada por el efectivo, y más allá de la pandemia, eso tiene un costo enorme que representa un impuesto oculto para las personas de bajos ingresos.

En los últimos años he participado en decenas de investigaciones para entender el comportamiento financiero de las personas en la base de la pirámide socioeconómica y su relación con la economía del efectivo, y he encontrado tres principales puntos de dolor.

El primero es uno que puede sonar obvio pero tiene implicancias profundas y sutiles: las personas que dependen del efectivo solo pueden hacer transacciones si tienen efectivo. Eso significa que el microcomerciante o el independiente tienen que forzosamente vincular todas sus transacciones a su ciclo de cobranzas. Si un día tienen una emergencia o si querían aprovechar una oportunidad para hacer una compra, no pueden hacer nada si no tienen efectivo en ese momento. Solo pueden vivir el hoy, están forzados a tener el mayor cortoplacismo posible, porque solo cuando tienen un billete en la mano pueden consumir o invertir. La economía del efectivo los hace muy vulnerables.

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Autor
Andrea Stiglich