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Big data: Allanando el camino hacia la inclusión financiera en América Latina

El Banco Mundial define la inclusión financiera como “personas físicas y empresas que tienen acceso a productos y servicios financieros útiles y asequibles que satisfacen sus necesidades (transacciones, pagos, ahorros, crédito y seguro), prestados de manera responsable y sostenible”.

América Latina es una región que históricamente ha dependido del uso de efectivo y ha estado rezagada en la transición al uso de tarjetas y herramientas digitales para transacciones financieras. Solamente cerca de la mitad de la población regional tiene una cuenta bancaria.

En Centroamérica, por ejemplo, el 85% de las transacciones se realizan en efectivo y se puede observar una tendencia similar en toda la región. México, un país que es uno de los líderes regionales en términos de número de fintechs, se encuentra muy rezagado en bancarización formal donde sólo el 37% de la población mayor de 15 años tiene una cuenta bancaria, de acuerdo al Banco Mundial. Alrededor del 86% de todos los pagos en México se realiza en efectivo.

Existen varios factores que contribuyen al predominio del efectivo en la región, incluyendo una gran economía informal, la falta de confianza en las instituciones financieras y la falta de sucursales bancarias disponibles, especialmente en las zonas rurales, entre otros. Las estimaciones del FMI indican que, en promedio, más del 60% de los trabajadores activos en la región forman parte del sector informal.