Iris Villalobos
07 Abril 2020

En Guatemala, se han tomado medidas de aislamiento de la población desde el primer momento en que observó la presencia de casos de COVID- 19. Se han cerrado las fronteras. Hay toque de queda desde las 16:00 horas hasta las 4:00 a.m. La mayoría de las empresas han implementado el tele trabajo. Las entidades de microfinanzas están atendiendo en horarios reducidos al igual que el sistema financiero formal. En mi caso soy consultora en microfinanzas e inclusión financiera, desde el 8 de marzo no estoy trabajando de forma remunerada. Me he dedicado a suministrar información de apoyo por medio de mis contactos y a través de mi página en linkedIn y facebook. En el siguiente enlace pueden ver mis recomendaciones para entidades microfinancieras y para organizaciones de productores https://www.linkedin.com/company/16253693/admin/?lipi=urn%3Ali%3Apage%3…
Observó con preocupación que en general la industria microfinanciera en la región no tiene experiencia en el teletrabajo ni están dadas las condiciones para reducir el contacto físico con los clientes. Es necesario unir esfuerzos para dimensionar el impacto de la crisis en el corto, mediano y largo plazo. No observo de momento espacios de dialogo ni liderazgo de ningún gremio ni espacios para compartir experiencias o medidas preventivas. Los clientes de las microfinancieras van a ser los más afectados en esta crisis, recordemos que el sector informal es la principal clientela de las microfinancieras y esta población no esta teniendo ingresos en este momento. Por otra parte la recuperación del sector no va a ser en el corto plazo, esto lleva a que se tienen que implementar medidas de corto, mediano y largo plazo. Por otra parte tampoco se observan reacciones solidarias de los fondeadores de las instituciones de microfinanzas. El apoyo a la industria por parte de los fondeadores es de suma importancia en este momento.