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¿Cómo están enfrentando las personas en situación de pobreza los primeros impactos económicos provocados por el COVID-19?

Ahorro en comunidad como recurso en tiempo de emergencia
Grupos de ahorro e inversión. Foto: Fundación Capital.

En San Lorenzo, una ciudad ubicada cerca de la capital de Paraguay, en diciembre de 2019, mujeres participantes del Programa Abrazo se plantearon generar ahorros para poder lograr las metas que se habían propuesto. De manera voluntaria, conformaron un Grupo de Ahorro con el nombre de “Comité de G.A. de Mujeres Emprendedoras de la Villa 24 de Junio de San Lorenzo”. Pocos meses después, se desató la emergencia nacional por el Coronavirus y en San Lorenzo, como en todo el Paraguay, las medidas de aislamiento social tuvieron un fuerte impacto en la economía de las familias que viven de las ventas diarias y los trabajos informales, como es el caso de estas mujeres.

En la tercera semana de aislamiento social, a 3 meses de iniciado el grupo, la actual pandemia por el COVID-19 obligó a las integrantes a retirar sus ahorros para hacer frente a los primeros impactos económicos que han tenido las indispensables disposiciones sanitarias en las familias más carenciadas.

¿Cómo funciona un grupo de ahorro?

Se trata de grupos autogestionados de entre 8 y 25 personas, donde en su mayoría suelen ser mujeres, que se reúnen habitualmente y de manera voluntaria con el propósito de generar un fondo de ahorro. En algunos casos tienen también un fondo social que sirve como instrumento de aseguramiento. El tiempo de duración de un grupo de ahorro depende de sus integrantes, así como el valor de cada aporte más conocido como “acciones”, el monto del aporte al fondo social, el lugar y la frecuencia de reunión. Cada grupo elige una Mesa Administrativa compuesta por una presidenta, una registradora, 2 contadoras, 3 llaveras y una portadora de caja.

El grupo de ahorro de San Lorenzo es presidido por Gilda Romero, quien explica que sus integrantes“se reúnen cada 8 días, los martes a las 14 horas”. Las acciones de ahorro en el grupo de Gilda valen cada una Gs. 5.000 (poco menos de un dólar), por lo que cada integrante puede ahorrar por un máximo de 5 acciones en cada sesión que equivale a Gs. 25.000 (3,86 dólares). Además, del fondo del ahorro, tienen un fondo social donde cada una en cada sesión ahorra Gs. 2.000 (0,31 centavos en dólares) para un fin social que determina el grupo.

El ahorro para este grupo de mujeres puede clasificarse en: Ahorros por meta y Ahorros como fondo comunitario. En las mujeres, el ahorro por metas es la motivación principal y se trata de guardar una parte de los ingresos para algo que se propone alcanzar de manera personal o familiar. El fondo social en cambio es para requerimientos de la comunidad. Si bien inicialmente este grupo se propuso metas, ante la situación de emergencia, sus integrantes debieron hacer uso de sus ahorros.

“Mi meta personal en principio era ahorrar para invertir en un curso de formación para manicurista, el propósito de mi ahorro era invertir en mi formación lo depositado, pero con esta situación del Coronavirus, hemos decidido utilizar este ahorro para no tener que salir a la calle a trabajar y para comprar los alimentos de la canasta familiar”, cuenta Gilda Romero.

"Mis compañeras integrantes del grupo se encontraban todas en situaciones similares de necesidad de comprar alimentos. Si no hubiéramos tenido este ahorro, nuestra situación hubiera sido más difícil aún, porque no tendríamos cómo resolver la necesidad”, concluye Gilda.

Decisiones del grupo sobre su ahorro

El 20 de marzo, las integrantes de la Mesa Administrativa, reunidas con Gilda Romero han realizado la distribución según los acuerdos del grupo: El Fondo de ahorro total del grupo a esa fecha sumó aproximadamente Gs. 2.500.000 (US$ 400), por lo que cada una de las integrantes retiró entre Gs. 150 mil a 200 mil (US$ 24 a 32). Estos números parecen exiguos e insignificantes, sin embargo, pueden significar la comida o ausencia de ella en la mesa familiar.

El Fondo Social constituido suma aproximadamente Gs. 480.000 (US$ 76) que el grupo ha decidido no repartir ni gastar, esperando a ver cómo se desenvuelve la situación de emergencia sanitaria. El fondo podrá ser destinado a una meta comunitaria específica o para paliar algún gasto que requerirá esta pandemia en la comunidad.

El uso eficiente de tecnología

El uso de la tecnología digital es crucial para todo el proceso de organización de los Grupos de Ahorro. Los grupos de WhatsApp a menudo son espacios de registro y de seguimiento para los acuerdos, las decisiones, las necesidades y las propuestas comunitarias. A la tercera semana de medidas de aislamiento social, Paraguay había decretado “cuarentena total” que implicaba la prohibición de todo tipo de reuniones y la persecusión policial para la circulación en cierto horarios. La mujeres se organizaron para que el acto de distribución de los fondos fuera sólo con las personas necesarias, pero grabado y transmitido en los grupos de WhatsApp para asegurar la transparencia y cuidar la confianza de sus miembros.

¿Cómo está impactando el COVID-19 a las personas viviendo en situación de pobreza?

El brote y la propagación del COVID-19 a nivel global tiene consecuencias económicas en todo el mundo. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pronostica el crecimiento económico más débil desde el 2009. Organismos internacionales como la Organización Internacional del Trabajo (OIT) han llamado a proteger a los trabajadores, estimular la economía y el empleo y así proteger los ingresos. De cualquier manera, los impactos macro y microeconómicos se sienten, debido al cierre de las fronteras, la reducción de los intercambios comerciales, la disminución de los movimientos de la población y la generalizada incertidumbre.

En esta crisis, las personas vulnerables, que siempre vieron socavada su seguridad económica, experimentan de manera más intensificada sus situaciones de carencia. De ahí la importancia de los Sistemas de Protección Social y que los Estados garanticen un piso mínimo de protección a los sectores más vulnerables.

En este contexto, los ahorros posiblemente no serán suficientes, pero sí al menos permite a las familias sobrellevar la(s) primera(s) semana(s) de la cuarentena, y mientras llega la asistencia del Estado, habrá marcado la diferencia. Además del grupo de San Lorenzo, los otros grupos de ahorro, acompañados por Fundación Capital en diversos puntos del territorio de Paraguay, están tomando de manera autónoma decisiones similares, es decir, utilizar el ahorro para cubrir los gastos de alimentación ante la crisis.

“Mis compañeras están insistiendo para retirar su dinero porque están contando que sus maridos tampoco están trabajando y necesitan para comer. Ijetu´u la situación -está dura la situación- y las provistas que prometieron (desde el gobierno) recién la otra semana van a llegar”- cuenta Talía Zarza, del Grupo de Ahorro de San Patricio, en el departamento de Misiones, al Sur de Paraguay.

El ahorro como herramienta de inclusión financiera

Fundación Capital ha propiciado la creación de más de 50 grupos de ahorro en el país y recientemente otros 20 nuevos grupos conformados por mujeres en los Departamentos Central, Cordillera y Misiones. Estos nuevos grupos se han establecido mediante una alianza con el Programa Abrazo del Ministerio de la Niñez y la Adolescencia (MINNA) y Fundación Capital en el marco del proyecto “Graduación con Enfoque de Género Transformativo” que cuenta con el apoyo de International Development Research Centre (IDRC) de Canadá.

Las integrantes de muchos de estos grupos tenían entre sus metas de ahorro: útiles de los hijos, arreglar la vivienda, comprar las mercaderías para iniciar el negocio, comprar un electrodoméstico como heladera o lavarropa, comprarse unos lentes o pagar un estudio médico. Sin embargo, frente a la crisis, los ahorros se convierten en fuentes de recursos para cubrir las necesidades más urgentes.

"Desde su creación en 2009, Fundación Capital ha tomado como enfoque principal el ahorro como herramienta para la inclusión financiera, en contramano de las teorías de ese momento que ubicaban al crédito o microcrédito como la puerta de entrada al sistema financiero. Hoy, más de una década después, las evidencias apoyan este enfoque y con seguridad, es posible decir que haber apostado por el ahorro, sea formal o en camino de formalizarse, como los que se promueven en los grupos de mujeres, fue y es una decisión acertada y pertinente".

El ahorro como seguro

El ahorro es una herramienta importante que permite guardar parte del ingreso para usarlo en el futuro. Ayuda a mitigar eventuales shocks o realidades adversas comunes en las familias en situación de vulnerabilidad, como el abandono de las viviendas por inundación, la pérdida de cultivos, y la caída de los precios.

En los casos más singulares como el que actualmente se presenta con el COVID-19 y sus evidentes efectos económicos, que frenan la capacidad de producción y/o generación de ingresos que pudieran tener las familias en situación de pobreza y vulnerabilidad, los ahorros funcionan incluso como seguros.

Fundación Capital nació hace más de una década promoviendo la inclusión financiera a través del ahorro entre los más vulnerables y hoy, estos grupos ratifican que el ahorro en comunidad puede ser un recurso importante en tiempo de emergencia. Los grupos de ahorro no sólo son espacios de intercambio económico sino son espacios de vínculos y confianza en la comunidad, tan necesarios para el cuidado entre todos y todas. ¿Por qué no pensar en este tipo de espacios comunitarios y autogestionados con rendiciones a través de las herramientas tecnológicas para canalizar las ayudas económicas desde el Estado?

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