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Supervivencia y Crecimiento, grupos en la base de la pirámide empresarial en México

PRONAFIM comparte en este blog cómo las microfinanzas integrales son una poderosa herramienta para impulsar el crecimiento de las microempresarias.

Marta y Helena son dos microempresarias del Estado de México, que con sus actividades productivas buscan sacar adelante a sus familias.

Marta estudió hasta cuarto de primaria y se dedica a la venta ambulante de dulces. Utiliza sus ventas diarias para cubrir sus necesidades más inmediatas. Como ella no lleva registro de su negocio, no tiene claridad de cuáles son los montos de sus ventas, ni de los costos y ganancias que le genera su actividad. 

Mujer mexicana mostrando sus productos. Foto gentileza PRONAFIM.Helena tiene su educación básica concluida, pero al no encontrar empleo, decidió poner un puesto semifijo en la calle donde vende tacos. Semanalmente sus ventas alcanzan cerca de $4,000 mil pesos en promedio, monto que puede estimar porque a veces apunta cuánto vende y cuánto gasta en su negocio.

Ambas microempresarias pertenecen al mismo grupo solidario de crédito, Unidas Podemos, en la IMF más popular de su localidad.

Marta es la integrante más reciente del grupo, entró con un crédito de $4,000 mil pesos que utilizó para comprar los dulces que actualmente vende. Ella conoce el valor del crédito que solicitó y aunque no entiende el concepto de intereses, sabe que sí puede pagar la cuota semanal de su deuda. Al no tener la capacidad para comparar los productos de las diferentes IMFs, ella escogió la financiera actual ya que el promotor le generaba confianza y le ofrecía el monto de crédito más alto.

En cambio, Helena ya ha participado en varios ciclos de crédito con el grupo. Por este motivo su línea de crédito alcanza los $10,000 mil pesos, mismos que ha utilizado para comprar insumos y realizar mejoras ocasionales a su puesto. Aunque Helena sí conoce la tasa de interés que se le cobra, prefiere calcular el costo del crédito identificando el valor que debe pagar semanalmente por cada mil pesos prestados.

De hecho, Helena ha encontrado otras IMFs más baratas, pero no ha querido cambiarse porque tendría que iniciar con un nuevo grupo y no sabe si le darán los $10,000 mil pesos o un crédito menor. Además, prefiere no arriesgarse a que su nuevo grupo solidario no sea cumplido y ella termine asumiendo los pagos de sus compañeras.

Aunque ambas microempresarias pertenecen al mismo grupo solidario, por sus características de desarrollo y capacidades en el manejo de sus negocios, Marta es considerada una microempresaria de “Supervivencia” y Helena una “En Crecimiento”[1].

En nuestro artículo anterior, “Conocer a la microempresaria mexicana para atender mejor sus necesidades financieras y empresariales”, presentamos los principales resultados del estudio realizado entre el PRONAFIM y la empresa consultora A.T. Kearney. El principal resultado de este estudio fue que los microacreditados se pueden dividir en cuatro grupos con base en el nivel de desarrollo de sus negocios. Cada grupo con características propias y necesidades de apoyo distintas. Los dos primeros grupos, Supervivencia y En Crecimiento, conforman la base de la pirámide empresarial en México y son el enfoque de este blog. [En nuestra próxima publicación profundizaremos la descripción de los grupos de Pre-graduados y En Consolidación.]

Cita blog PRONAFIM.Los acreditados por Supervivencia y en menor grado los de En Crecimiento, dependen del acceso al crédito para poder operar sus negocios. Al no contar con historial crediticio ni garantías, los acreditados de Supervivencia y En Crecimiento solo tienen acceso a los créditos grupales y solidarios que ofrecen las Instituciones Micro Financieras (IMF). Ambos grupos tienden a participar en numerosos ciclos de crédito y en la mayoría de los casos solicitan nuevos créditos una vez terminan de pagar sus créditos vigentes.

El segmento de supervivencia, es el grupo con menor nivel de desarrollo y la formación académica de esta población es escasa. El grupo está integrado por negocios unipersonales sin establecimiento, es decir, lo desarrollan de manera ambulante o en las casas. Sus ventas semanales tienen un rango de $1,000 a $2,500 pesos. Se les dificulta entender las condiciones de los créditos que solicitan y los intereses que pagan. Tampoco llevan un registro contable de su negocio por lo que no tienen claridad de cuáles son sus ingresos y sus costos.

El segmento En Crecimiento cuenta con negocios un poco más desarrollados que los de supervivencia, aunque pocas unidades económicas tienen establecimiento fijo o semifijo. La formación académica de los y las microempresarias de este grupo es moderada (educación inicial o básica). Aunque conocen las tasas de interés que pagan y comprenden sus implicaciones, no entienden completamente las condiciones de sus créditos. En general no llevan un registro contable, tienen un entendimiento básico de los costos del negocio y sus ventas, las cuales semanalmente oscilan entre los $2,500 y $10,000 pesos. Estos acreditados tienen interés en crecer su negocio, pero requieren desarrollar las capacidades para poder hacerlo.

En el caso de Marta y Helena, cerca del 50% de sus ventas semanales se utilizan para cubrir los costos de los productos que venden, un 25% va al pago del crédito y el restante son sus ganancias. La diferencia es que Helena vende en promedio de 3 a 4 veces más que Marta. Esto implica que, mientras Marta depende de un crédito para poder mantener su negocio, Helena podría empezar a ahorrar una porción de sus ingresos para no pedir créditos adicionales a futuro o, pagarlos anticipadamente.

El acceso al crédito hizo posible que Marta emprendiera su negocio y Helena expandiera el suyo. Sin embargo, la metodología de la IMF no siempre se adapta a sus necesidades lo que incrementa sus costos de financiamiento y dificulta la evolución de sus unidades económicas. Por ejemplo, si Helena o Marta quisieran pagar anticipadamente su deuda tras una buena venta, tendrían que cubrir los intereses restantes de todo el periodo. Asimismo, las dos se ven presionadas a seguir solicitando créditos aun cuando no los necesitan, pues no quieren perder los beneficios generados por su antigüedad en el grupo, por ejemplo, un mayor monto de crédito. 

Recomendaciones

El estudio de segmentación identificó dos estrategias iniciales que le darán un impulso a negocios como los de Marta y Helena. La primera es mejorar las condiciones de los créditos grupales y la segunda es el desarrollo de capacidades financieras y empresariales.

1) Mejorar las condiciones de los créditos grupales. Promover que las acreditadas participando en los grupos de crédito puedan pagar por anticipado sus créditos, en caso de que así lo deseen, sin que se les penalice o se les cobren los intereses faltantes. Asimismo, las IMFs podrían permitir a las microempresarias descansar uno o más ciclos, sin que se afectaran las condiciones, características y derechos ganados derivados de sus créditos. Esto permitiría a las integrantes de los grupos de crédito disminuir sus costos de financiamiento.  

2) Fortalecer las capacidades financieras y empresariales. Las acreditadas capacitadas tenderían a hacer un mejor uso de sus créditos y administrarían mejor sus negocios. Para ello, se recomienda que las IMFs ofrezcan cursos enfocados al desarrollo de capacidades financieras básicas en las acreditadas, que contribuyan a mejorar su entendimiento de las condiciones de los créditos, la estructura de sus ingresos y los costos de sus negocios. 

En el PRONAFIM estamos convencidos que las microfinanzas integrales son una herramienta extraordinaria para impulsar el crecimiento de las microempresarias y que contribuyen a consolidar y crear nuevas unidades económicas. También sabemos que para lograrlo, debe hacer una oferta productos financieros más competitivos que se adapten a las necesidades de la población objetivo. Por ello, a través de nuestro fondeo a IMFs y subsidios para capacitación, promovemos microcréditos competitivos y acompañados del desarrollo de capacidades financieras y empresariales para que los y las microempresarias mexicanas logren aumentar la productividad de sus negocios.

¿Quiere aprender más sobre microfinanzas e inclusión financiera en México? Viste el perfil de país del Portal de Microfinanzas: México.

[1] Según el estudio de segmentación de los y las microempresarias que hacen uso del microcrédito productivo realizado entre el PRONAFIM y la empresa consultora AT Kearney.

(*) Cynthia Villarreal Muraira es Coordinadora General del PRONAFIM y Pablo Uribe es Consultor Asociado de AT Kearney.

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