Blog del FinDev

Situación de las microfinanzas en el Ecuador

Javier Vaca, Director Ejecutivo de RFD, analiza el estado del sector en Ecuador y los retos para el futuro.

Durante el 2010 al 2014, las instituciones de microfinanzas atravesaron un crecimiento importante basado sobre todo en el incremento de las captaciones y liquidez general de la economía que influía a que los microempresarios gocen de buenas oportunidades de inversión. Por otro lado los créditos internacionales y fondos locales provenientes de la Corporación Nacional de Finanzas Populares y Solidarias (CONAFIPS), sustentaron nuevos mecanismos de financiamiento para un grupo importante de instituciones por lo que la oferta de crédito se incrementó.

Mujer trabajando. Foto gentileza RFD.A partir del 2015, especialmente en el segundo semestre, debido principalmente a la baja de los precios del petróleo, se experimenta un fenómeno de desaceleración de las captaciones y baja general en la liquidez de la economía, motivado también porque el Gobierno desacelera la inyección de recursos en la economía e incluso atrasa el pago a sus proveedores, lo que genera cadenas de falta de liquidez.

Varias instituciones empiezan a evidenciar que en la época de “bonanza”, al disponer de un nivel de liquidez alto, iniciaron procesos de mayor colocación de crédito (en monto promedio y en número de créditos) y expansión de su cobertura, pudiendo haber relajado la aplicación de sus metodologías de crédito (base fundamental de las microfinanzas). A esto se suma la saturación de ciertos mercados con la presencia de varios actores, en donde ofertan créditos simultáneos a los microempresarios.  Como resultado de este proceso, se experimenta un incremento en el nivel de morosidad de la cartera de microcrédito.

Sin embargo también se aprecia que aquellas instituciones que tuvieron un mayor análisis de riesgos y una aplicación metodológica adecuada, presentan en menor grado la tendencia antes citada, a diferencia de aquellas instituciones que no realizaron una efectiva gestión de riesgos y descuidaron la aplicación metodológica. Claro está, que existe influencia de factores externos a las instituciones, pero para ello la gestión efectiva de riesgos hace que la institución pueda definir estrategias que los  minimicen.

Además, con el terremoto que afectó mayormente a las provincias de Manabí y Esmeraldas, este problema descrito anteriormente se evidenció aún más, sumado obviamente a las afectaciones propias de este fenómeno natural, no solo durante los primeros meses, sino a futuro ya que la expectativa de intervención de Gobierno en las zonas afectadas genera diferente tipo de comportamiento en las personas, dependiendo del plan que se tenga para la zona y la manera de intervención.

Por lo tanto, las instituciones han orientado su estrategia a mejorar la gestión de riesgos (ventajosamente existe ya una norma para el sector de cooperativas de ahorro y crédito), a una revisión y actualización de su metodología crediticia e implementación de planes de gestión de cobranza. Se suma a esto, políticas de austeridad para el control de costos y gastos internos, ya que la afectación a los ingresos es evidente.

A futuro se tienen algunos síntomas de mejora en las captaciones y se espera que el nivel de liquidez de la economía mejore, sin embargo las expectativas de los socios y clientes de las instituciones han hecho que la demanda de crédito también disminuya, por lo que el entorno para la oferta de productos y servicios financieros no es el óptimo.

Sin embargo, la dinámica de la microempresa no puede detenerse, y la desaceleración a nivel macro se vive de diferente manera a nivel micro, porque la microempresa se caracteriza por un lado, a tener mayor flexibilidad en adaptaciones al entorno, y por otro, que gran parte de este sector se ubica dentro de actividades de subsistencia, por lo que puede y debe ajustarse a los cambios externos y es ahí donde se centra el optimismo para superar este momento. Es ahí donde las instituciones de microfinanzas deben identificar esta fortaleza para continuar con el importante apoyo en el financiamiento del sector, y aprender de este momento para realizar correctivos necesarios que conlleven a tener una mejor gestión interna que les ayude a enfrentar los cambios.

Este artículo fue originalmente publicado en el blog de RFD.

(*) Javier Vaca es Director Ejecutivo de la Red de Instituciones Financieras de Desarrollo (RFD).

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